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Después de dos detenciones en las que pasó poco tiempo bajo arresto, en la tercera las cosas se han puesto más feas para Marius Borg Høiby. El hijo de Mette-Marit de Noruega fue detenido a las 23:12 horas del lunes 18 de noviembre de 2024 cerca de su domicilio, en Skaugum. Se encontraba en ese momento en un coche con la expareja a la que agredió en el piso de la calle Frogner de Oslo, y sobre la que tenía una orden de alejamiento.
Marius fue trasladado a un centro de detención, donde fue interrogado. Se supo entonces que se había añadido el cargo de violación sin coito. Este presunto delito fue investigado por la Policía después de que encontraran en el móvil de Borg Høiby unos vídeos que demostrarían esa presunta violación hacia una mujer.
De acuerdo con la información policial, esta persona no habría podido dar su consentimiento a las relaciones porque no estaba en condiciones para ello. La víctima no denunció lo ocurrido y fue contactada por la Policía al haberla identificada. Al ver el vídeo, reconoció que era ella.
Ya el miércoles 20 de noviembre de 2024, la Policía solicitó dos semanas de prisión provisional para el hijo de la Princesa Heredera en una vista ante el Tribunal de Distrito de Oslo. Mientras esto ocurría, en Tønsberg declaraba como testigo Juliane Snekkestad, expareja de Marius, por la investigación de otra presunta violación cometida por el hijo de Mette-Marit de Noruega.
Las acusaciones que reconoce, y las que no
Finalmente, el Tribunal de Distrito de Oslo decidió que el acusado permanecería en prisión durante una semana, donde no puede recibir comunicaciones, ni visitas. Su abogado, Øyvind Bratlien, señaló a VG que no ha apelado el fallo. De este modo, Marius permanece detenido ante el riesgo de que pueda manipular o destruir pruebas, tal y como explicó el abogado policial Andreas Kruszewski.
Por otro lado, Høiby ha negado las violaciones que se le imputan, y en declaraciones de su abogado, señala que son "errores de juicio catastróficos por parte del fiscal". También ha negado haber ejercido violencia contra sus exparejas Juliane Snekkestad y Nora Haukland, de hecho acusó a Snekkestad de haber sido violenta con él. No reconoce haber quebrantado la orden de alejamiento contra su última exnovia, pero sí los destrozos de el piso de la calle Frogner y haber ejercido violencia contra ella, así como las amenazas de muerte contra un hombre.