El hijo de Mette-Marit de Noruega ha podido volver a casa después de una semana de arresto. Mientras tanto, avanza la investigación contra él.
Marius Borg Høiby pasó una semana en prisión provisional después de que se dictaminara que debió quedar privado de libertad de forma temporal. Si bien la Policía había solicitado dos semanas ante el riesgo de manipulación o destrucción de pruebas, finalmente se dejó en una.
Como indicó la Policía de Oslo, pasado este tiempo, no se ha solicitado ampliar el arresto al no apreciarse que haya más riesgo de manipulación de pruebas, por lo que el hijo de Mette-Marit de Noruega ha podido volver a casa. Por su parte, el abogado del acusado, Øyvind Bratlien, ha indicado a NRK que no le sorprenden las declaraciones de la Policía en referencia a la falta de riesgo de manipulación de pruebas. Además, ha añadido que "no debería haber sido encarcelado en absoluto". Señaló que las pruebas contra Marius son débiles y que enviarle a prisión provisional no fue una decisión correcta.
Recordó además que su cliente "no admite culpabilidad penal por la gran mayoría de las circunstancias de la acusación. Solo admite un cargo de daño corporal, un acto de daños y una amenaza. Y eso es todo". Se refiere en concreto a las lesiones causadas a su última expareja en el piso de la calle Frogner de Oslo, que destrozó en agosto de 2024, así como a las amenazas de muerte a un hombre.Las acusaciones contra el hijo de Mette-Marit de Noruega
Sin embargo, la investigación contra el hijo de la Princesa Heredera avanza, y no precisamente a su favor. Como indica NRK, la Policía investiga sobre otro caso de presunto delito sexual. Asimismo, se han interpuesto dos órdenes de alejamiento más contra Marius, que no podrá acercarse a dos mujeres, dos presuntas víctimas.Your browser doesn’t support HTML5 video
El hijo de la Princesa Mette-Marit se enfrenta a una serie de acusaciones que no han parado de crecer desde que fue detenido por primera vez en agosto de 2024. Se le acusa de ejercer violencia física y psicológica contra tres exparejas, de destrozos en el piso de una de ellas en Oslo, de amenazas de muerte a un hombre y de dos presuntas violaciones contra otras dos mujeres.