El comportamiento de María Teresa de Luxemburgo vuelve a estar en entredicho. La Gran Duquesa de Luxemburgo tuvo un altercado verbal con una persona empleada. De acuerdo con d'Lëtzebuerger Land, el caso fue denunciado y el Ministerio de Estado confirmó que era cierto. No ha trascendido qué ocurrió exactamente entre la consorte del Gran Duque y esta persona que trabaja para la Casa Ducal, pero ante esta situación, la empleada fue trasladada a otro puesto que no ha sido especificado. Se ha conocido además que otra persona del equipo había pedido un traslado que también le fue concedido.
El asunto ha quedado a cargo de Jacques Flies, Secretario General del Consejo de Gobierno y Representante del Gobierno en el Comité de Coordinación de la Maison du Grand-Duc. Files señaló que esa forma de tratar al personal resultaba inaceptable. Por otro lado, un portavoz de la Casa Ducal manifestó que se trataba de un incidente aislado y que el asunto era inaceptable.
El Informe Waringo
Para la Gran Duquesa de Luxemburgo llueve sobre mojado. Se ganó muy mala fama debido a una serie de disputas en la Casa Ducal que llevaron al Informe Waringo, que reveló comportamientos inaceptables con el personal. Todo ello llevó a María Teresa de Luxemburgo a ser cuestionada, tanto que el propio Gran Duque Enrique salió en su defensa.
Todo ello no evitó que se tomaran medidas. Para empezar se creó la Maison du Grand-Duc para quitar relevancia a la consorte, algo que tanto el Gran Duque como la Gran Duquesa se vieron obligados a aceptar, aunque no sin resistencias: " Tratar de reducir la institución Gran Ducal a un solo representante de tipo presidencial es amputarla. Si bien Luxemburgo quiere ser ejemplar en términos de igualdad entre hombres y mujeres, no hay duda de que hay una forma de misoginia en querer borrar a la esposa del Gran Duque. Nunca me permitiría reclamarme igual a mi esposo, tengo demasiado respeto por el lugar que ocupa", señaló María Teresa de Luxemburgo con un profundo enfado.
"El nombre se ha cambiado para centrarse en la función constitucional del Jefe de Estado, pero, para mí, la Monarquía debe ser llevada por la pareja reinante y la Familia Gran Ducal. Un poder con rostro humano, protector, que comparte el destino de todos", señaló el Gran Duque Enrique, que aprovechó además para negar que tuviera intención de abdicar antes de tiempo por el Informe Waringo.