El pasado sábado 13 de octubre la ciudad de Sevilla se vistió de gala para acoger nada menos que una Boda Real, la de María de Borbón Escriva de Romaní, hija de Alfonso de Borbón y Sanchiz, Duque de Santa Elena y Marqués de Santa Fe de Guardiola; con José María Valdenebro del Rey, un licenciado en Administración y Dirección e Empresas y Derecho y sonado jinete en los círculos más exclusivos de sociedad madrileña.
El gran evento dio comienzo con la llegada del novio a la iglesia de Santa María de la Asunción a las seis y cuarto de la tarde del brazo de su madre y madrina del enlace. 25 minutos más tarde y solo diez minutos más tarde de la hora programada para dar comienzo llego la novia en compañía de su padre y padrino, con un impresionante vestido blanco firmado por Lorenzo Caprile, uno de los diseñadores fetiche de la Familia Real Española que se encargó de vestir en varias ocasiones a la Reina Letizia y también confeccionó el vestido de novia de la Infanta Cristina el día de su boda con Iñaki Urdangarin.
Quien no llegó hasta la iglesia sevillana a pesar de haber recibido la invitación fue el Rey Emérito, cuya presencia se esperaba por el ser el padrino y primo del padre de la novia y con el que mantiene una muy buena relación, siendo Alfonso de Borbón uno de los 80 invitados al cumpleaños de Juan Carlos I celebrado en Zarzuela en febrero de 2018.
El Rey Juan Carlos I, padrino del padre de la novia
De lo que no hay constancia es de si finalmente decidió aparecer por el convite que se celebró posteriormente al enlace en la finca Hacienda Las Cárndenas a donde no faltaron ninguno de los 400 invitados al gran evento. Entre ellos destacaron Santiago León Domecq, teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla; Luis de Orleans Braganza Haffner y Terry González de Gregoria, hijo de Tomás Terry y la duquesa de Fernandina.