La actual Heredera al Trono es, de hecho, una mujer. Por lo que la Princesa Victoria se convertirá el día de mañana en la primera mujer de la Dinastía Bernadotte en alzarse con la corona en dos siglos de historia. Lo que muchos desconocen, sin embargo, es que una de sus tías podría haber sido la actual Reina de Suecia de no haber existido la Ley Sálica. Esta es la historia de la Princesa Margarita, hermana del Rey Carlos XVI Gustavo...
Excluida de la Línea de Sucesión desde su nacimiento
Margarita Desirée Victoria Bernadotte nació el 31 de octubre de 1934 en el Palacio de Haga (Estocolmo). Fue la primogénita de los Príncipes Gustavo Adolfo y Sibila, quienes ocupaban en esos momentos el segundo lugar en la Línea de Sucesión al Trono de Suecia. Y es que si por algo se han caracterizado los últimos monarcas suecos ha sido por su longevidad y, por lo tanto, la larga duración de sus reinados.
Todo este embrollo dinástico podría llevar a la conclusión de que la Princesa Margarita sería la siguiente en la Línea de Sucesión por ser la primogénita de este último. Pero nada más lejos de la realidad, puesto que, como ya se ha dicho, la Ley Sálica regía a la Casa Real Sueca y eso impedía el acceso de mujeres al trono. Aunque para desgracia de los Príncipes Gustavo Adolfo y Sibila, durante más de una década solo consiguieron tener descendencia femenina: la Princesa Margarita en 1934, la Princesa Birgitta en 1937, la Princesa Desirée en 1938 y la Princesa Cristina en 1943.
No fue hasta el 30 de abril de 1946 cuando nació el actual Rey Carlos XVI Gustavo, quien desde el mismo instante de su nacimiento desplazó a sus cuatro hermanas mayores en la carrera por la sucesión. De no haber existido la Ley Sálica, su hermana mayor hubiera ocupado su lugar y hoy sería conocida como la Reina Margarita I de Suecia.
Un amor con renuncias
Estos cambios no afectaron demasiado a la infancia de las conocidas como "Princesas de Haga" (así se llamo a las cuatro hermanas debido al lugar donde nacieron), puesto que desde el primer momento fueron educadas conforme a las normas que regían la vida cotidiana de la Familia Real Sueca y eso implicaba una actitud de disciplina y sometimiento ante la institución a la que representaban.
En el caso de la Princesa Margarita, si bien durante sus primeros años de vida fue educada por niñeras privadas en el interior del Palacio de Haga junto a sus hermanas, conforme pasó el tiempo decidió buscar su propio camino e intereses: primero estudió Cerámica y Textil en la Nyckelvik School y posteriormente ejerció como terapeuta ocupacional en el Hospital Karolinska.
Como ocurría con cualquier princesa de su tiempo, rápidamente comenzaron a moverse los hilos para encontrarle a Margarita un marido a la altura de su estatus. Con el requisito además de que dicho candidato debía pertenecer al selecto club de la realeza. Puesto que de lo contrario, la princesa perdería sus derechos dinásticos.
La Princesa Margarita hizo gala de una rebeldía poco habitual en este sentido y durante los años 50 mantuvo una relación amorosa con el aristócrata británico Robin Douglas -Home, con quien sin embargo - por motivos todavía sin aclarar - nunca llegó a materializarse un compromiso oficial. El destino le deparaba otro gran amor.
Fue el empresario, también británico, John Ambler quien consiguió robar el corazón de la princesa sueca. Se conocieron durante una cena celebrada en Londres en 1963 y en solo un año decidieron comprometerse. Nada les importó el hecho de que él fuese plebeyo y la Princesa Margarita asumió con gusto la renuncia a la que le obligó su boda: el 30 de junio de 1964, tras dar el 'sí, quiero', la novia dejó de ser "Su Alteza Real la Princesa Margarita de Suecia" y se convirtió en la "Princesa Margarita, Señora Ambler".
La Señora Ambler dejó de formar parte de la Casa Real Sueca y se estableció en Londres con su marido y los tres hijos que nacieron al poco tiempo: Sibila (1965), Carlos (1966) y James (1967). Fueron años felices, hasta que la empresa de transportes de John Ambler entró en quiebra y eso les obligó a mudarse a Oxfordshire y posteriormente a vender su propiedad en el condado. Unos problemas que acabaron haciendo mella en la relación y que derivaron con el tiempo en su separación matrimonial en 1994, aunque nunca llegaron a divorciarse.
Una royal de vida sencilla y discreta
John Ambler falleció en 2008 y la Familia Real Sueca acudió en pleno a su funeral. Aunque lo cierto es que a lo largo de todos estos años sus diversos miembros no se han visto tanto como les gustaría. Sobre todo en el caso de la Princesa Margarita, que debido al hecho de vivir en Inglaterra no puede disponer de esa cercanía con sus hermanas y hermano como si viviese en Suecia.
Eso no ha impedido, sin embargo, que haya estado presente en todas las grandes celebraciones familiares de los Bernadotte: bodas, bautizos, aniversarios, funerales... Eso sí, nunca en calidad de miembro oficial de la Casa Real, puesto que renunció a tal condición tras su matrimonio. Su única tarea fue durante 40 años inaugurar el mercadillo navideño que la Iglesia Sueca celebra en Londres anualmente. No obstante, desde 2007 ya no lo hace porque "no quiere conducir hasta la ciudad".
Poco (o nada) se conoce de su vida actual como viuda y abuela de seis nietos, puesto que la discreción es para ella mucho más que una máxima vital. Sus vecinos en Oxfordshire ni siquiera saben que esa mujer con la que comparten acera es una princesa y ella misma presume de que nunca ha concedido ninguna entrevista. En una de sus escasas declaraciones públicas llegó a afirmar: "No tengo nada de qué hablar".
Su testimonio es sin duda un auténtico valor en alza teniendo en cuenta su conocimiento de primera mano de la Familia Real Sueca, tanto en el buen como en el mal sentido. Muchos han querido aprovecharse de ese vínculo y de su carácter introvertido para intentar enemistarla con su familia, pero no lo han conseguido. De hecho, la periodista Barbro Hultman asegura que el Rey Carlos XVI Gustavo siente auténtica "debilidad" por su hermana mayor: "El Rey la apoyó mucho durante sus años difíciles e incluso le habilitó una habitación para quedarse en el Palacio de Drottningholm siempre que lo necesitase".
Prueba de esta buena relación es que fue el propio monarca quien organizó una fiesta secreta para celebrar el 80 cumpleaños de la Princesa Margarita. "La celebración se prolongó hasta pasadas las dos de la mañana y todos estaban muy felices de reencontrarse. Al Rey se le ve como nunca cuando tiene la oportunidad de reunir a su familia y sobre todo a sus hermanas", aseguró en su día la ya citada Barbro Hultman.
Este año, sin embargo, la cosa será muy distinta y la tradicional reunión entre los hermanos tendrá que posponerse. Al menos así lo ha anunciado la Princesa Birgitta: "Pensé que habría una reunión familiar para celebrar el cumpleaños de Margarita, pero no será así. Ella ha pedido expresamente que por el momento no lo celebremos, porque considera que no está en buena forma para viajar a Suecia. Así que lo celebraremos un poco más tarde".
Lo cierto es que la salud lleva unos años jugando en contra de la Princesa Margarita y en 2017 ya sonaron las alarmas con motivo de su supuesta ausencia a la celebración del 40 cumpleaños de su sobrina, la Princesa Victoria. Estaba previsto que acudieran todas las Princesas de Haga, pero la única a la que no se pudo ver posando en el último momento fue a la mayor de ellas. Debido a "un dolor de piernas" prefirió acceder a la iglesia por un trayecto más corto y aparecer así directamente en el interior del templo sin ser captada por las cámaras.
Su última aparición pública data de junio de 2018, cuando se trasladó a su país de origen para asistir al bautizo de la Princesa Adrienne (hija de la Princesa Magdalena y Chris O'Neill). Se trató a su vez de la primera vez que las famosas Princesas de Haga se reunían al completo desde el bautizo de la Princesa Estelle. Por lo que la incógnita está en el aire: ¿Cuándo podrán volverse a reencontrar las hermanas y el benjamín que las desplazó en la Línea de Sucesión? El tiempo nos dará la respuesta.