Tras hacerse oficial el 31 de marzo su salida de la Casa Real Británica, los Duques de Sussex dejaron Canadá, donde habían permanecido desde que anunciaron su decisión el 8 de enero, para instalarse en Los Ángeles. Allí comenzarán una nueva etapa de la que poco a poco se van conociendo algunos detalles a pesar de tratar de blindar al máximo su nueva vida.
Una nueva vida que están construyendo instalados en una lujosa mansión situada en Beverly Hills que está valorada en 18 millones de dólares y que, por el momento, no es de su propiedad. Y es que, según el citado medio, por el momento el Príncipe Harry y Meghan Markle se han convertido en inquilinos del actor Tyler Perry, dueño de esa vivienda situada en una comunidad privada de lujo.
Una vivienda en la que los Sussex pueden formar una gran familia numerosa, así como recibir a amigos y familiares sin problemas de espacio, puesto que cuenta con ocho dormitorios y doce cuartos de baño construidos en un terreno de nueve hectáreas que también cuenta con piscina.
Nueve hectáreas de terreno con piscina
Una casa que, según apuntan los medios americanos, los Sussex habrían conocido gracias a su amiga Oprah Winfrey. La presentadora habría sido la encargada de hacer de intermediaria entre el Príncipe Harry y Meghan Markle y Tyler Perry, habiendo sido todo un éxito su propuesta.
Seguramente una de las cosas que más ha gustado al matrimonio es el hecho de que la vivienda está ubicada en una comunidad construida sobre una colina de Beverly Ridge Estates que cuenta con su propia seguridad. Seguridad que también tiene, a su vez, la vivienda en la que es su nueva vivienda, pudiendo así conseguir la privacidad que tanto desean y tener la seguridad de estar plenamente protegidos.