El 6 de diciembre de 2018 no ha sido una fecha cualquiera. Ese día, el Congreso de los Diputados acogió el acto central por los 40 años de la Constitución Española, que reunió por primera vez a tres generaciones de la Casa Real en la Cámara Baja. Este fue un momento no solo para celebrar y recordar, sino para ver cómo están las relaciones entre los miembros de la Familia Real Española.
Al salir de los coches, los Reyes Felipe y Letizia saludaron a los Reyes Juan Carlos y Sofía. Doña Letizia estuvo correcta con su suegro, pero muy cariñosa con Doña Sofía. Sea porque era consciente de que estaban siendo grabadas y fotografiadas o porque el cariño sea sincero, lo cierto es que lo que se vio fue un saludo muy tierno entre ellos.
Además de los besos, ambas se agarraron mutuamente e intercambiaron unas palabras y sonrisas. Parece que su relación vuelve a ser fluida, al menos de cara a la galería. Son dos mujeres muy distintas, y si luego en la intimidad no tienen tanto trato, es cosa de ellas.
También se comprobó el intenso amor entre madre e hijo que se profesan Don Felipe y Doña Sofía. Cuando se estaban saludando con un ósculo, el Rey cogió la mano de su madre para besarla también. Sus caras de alegría y felicidad decían que estaban realmente contentos de verse. Habrán tenido sus más y sus menos por los problemas con la Reina Letizia, pero la relación entre el Monarca y su progenitora es inquebrantable.
Por su parte, con su padre fue más frío, pero también tuvo un punto afectuoso por muchas desavenencias que hayan tenido por los escándalos que tanto daño están causando a la Monarquía. Al final, como Rey le duele su actitud y le molesta, pero como hijo intenta tener una relación agradable y fluida por el bien de la Real Familia.
Nuevamente se comprobó que la Princesa Leonor y la Infanta Sofía son hermanas, amigas y cómplices. Los gestos entre ellas denotan lo mucho que se quieren y la química que existe entre las dos hijas del Rey de España. Si bien es cierto que la Princesa de Asturias estuvo más sonriente que su hermana, los momentos en los que la Infanta Sofía estaba más contenta eran precisamente cuando compartía confidencias con la Heredera.
Lo más llamativo que se vio fue el bonito momento abuelo-nieta que protagonizaron la Princesa Leonor y el Rey Juan Carlos cuando accedían al Congreso de los Diputados. Juan Carlos de Borbón iba más rezagado debido a sus problemas de movilidad y Doña Sofía caminaba junto a él. A llegar a la altura de la Princesa Leonor se pudo ver unos momentos muy tiernos en los que compartieron risas y complicidad. No hay muchas imágenes del Rey Juan Carlos siendo cariñoso con sus nietos, así que quizás fue un gesto espontáneo o intentó mostrarse amable para intentar rehabilitar su imagen, cada vez más por los suelos. Sea como fuere, parece que Doña Leonor tiene mucho cariño a sus abuelos paternos.
Ya en el Salón de Sesiones hubo un par de momentos que denotan cómo es la relación entre los dos matrimonios de la Familia Real. Durante su discurso, Felipe VI resaltó la figura de sus padres con estas palabras: "Una Monarquía Parlamentaria, en el seno de una democracia, que impulsó mi padre el Rey Juan Carlos I, de forma tan decisiva y determinante, durante aquel periodo trascendental de nuestra historia. Y siempre junto a él, el apoyo permanente y comprometido de mi madre, la Reina Sofía ".
Dos matrimonios muy distintos
El Congreso se puso a aplaudir, ante lo que Don Juan Carlos y Doña Sofía lanzaron gestos de agradecimiento. De todos modos, la Reina Sofía aplaudió también y cogió el brazo al Rey Emérito para que aplaudiera también. Esa forma de reprenderle, aunque con mucha sutileza, también dice mucho de una relación que es solo de cara a la galería.
Y luego está el matrimonio de los Reyes Felipe y Letizia. Si alguien tenía alguna duda de cuál es el estado de su relación, quedó despejado al final del acto por el 40 aniversario de la Constitución. Cuando el Rey finalizó su discurso, el Hemiciclo casi al completo estalló en aplausos, que fueron secundados por la Familia Real. La Reina Letizia no paraba de aplaudir, le miraba y seguía aplaudiendo totalmente emocionada y orgullosa. De hecho, resultó cómico ver cómo Felipe VI le decia que era el momento de irse, pero ella seguía aplaudiendo, así que el Monarca acabó riéndose. Más enamorados, imposible.