Jacques de Mónaco acapara el protagonismo
La hija del Príncipe Soberano estaba ya peinada con dos trenzas y ataviada con un vestido verde, pero antes de llegar al picnic se puso a llorar sin consuelo. Ni su padre, ni su madre, ni tan siquiera la niñera lograron calmarla, por lo que se quedó en casa con su nanny mientras los Grimaldi cumplían con sus funciones.
Una vez terminado el evento, los Príncipes de Mónaco regresaron al Palacio Grimaldi, donde comprobaron que la Condesa de Carladès estaba perfectamente y mucho más tranquila. Así dejó brillar a su hermano, el Príncipes Jacques, que se convirtió en el centro de todas las miradas.
Lamentablemente habrá que esperar al 19 de noviembre para volver a ver a la niña, ya que se espera que aparezca junto al resto de la Familia Principesca con motivo del Día Nacional de Mónaco.