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La Familia Real Sueca tiene por delante unos meses muy intensos por la boda del Príncipe Carlos Felipe de Suecia y Sofia Hellqvist, que tendrá lugar el 13 de junio, y por el nacimiento del segundo hijo de la Princesa Magdalena y Chris O'Neill, previsto para las mismas fechas. Son ambos acontecimientos de gran dicha y felicidad, pero no todo son alegrías para la familia que ocupa el Trono en el país escandinavo.
La Princesa Magdalena fue admirada durante años por su belleza, su estilo y su dedicación a la Corona. Además, ganó puntos ante los suecos cuando se conoció que las infidelidades de él fueron el motivo de la ruptura de compromiso matrimonial con Jonas Bergström en 2010. Su marcha a Nueva York para trabajar en la sede de la World Childhood Foundation fue bien vista, además de su posterior relación con quien hoy es su marido, Chris O'Neill. Pero el tiempo pasó, y ahora son todo críticas para la que fuera conocida como la 'party princess', que ha sido criticada por su lujoso tren de vida, por alejarse de sus funciones oficiales y seguir cobrando su asignación real, además de por los negocios de su marido, en los cuales ella tiene una pequeña participación.
Para intentar aplacar las críticas que incluso han llegado del Gobierno, la Duquesa de Hälsingland y Gästrikland se ha puesto a trabajar de nuevo para dar imagen de princesa preocupada por su país y conseguir que la ciudadanía le vuelva a ver como merecedora de su privilegiada posición. Así, Magdalena presidió en el Palacio Real de Estocolmo una reunión con la Junta de la World Childhood, la entidad creada por su madre para la que trabajó mientras vivió en Nueva York. La Princesa retomará su agenda el día 25, fecha en la que presidirá el primer congreso internacional de la citada fundación solidaria.
Preocupación por la salud del Príncipe Daniel
Pero la hija menor de los Reyes de Suecia no es el único miembro de la Casa Real que está en boca de todos. El Príncipe Daniel también se ha colocado en el disparadero mediático por sus ausencias en actos oficiales a los que solía acudir. En este caso no se trata de críticas por vago, como ocurre con su cuñada, sino rumores sobre su salud.
La preocupación por el estado del marido de la Princesa Victoria es una constante cada vez que desaparece de la vida pública. En 2009, el padre de Daniel Westling le donó un riñón que salvó su vida, y desde entonces tiene que llevar un fuerte seguimiento médico para comprobar que todo marcha bien. Aunque en estos años se ha mantenido sano, desde el último año han sido varios los rumores sobre un empeoramiento en la salud del Príncipe, uno de los miembros más queridos y valorados de la Casa Real Sueca.
Las habladurías volvieron tras una etapa sin actos oficiales, cosa extraña para un heredero consorte. Además, se perdió la celebración del Santo de la Princesa Victoria, evento en el que siempre estaba presente, lo que hizo saltar todas las alarmas. Sin embargo, y para acallar rumores una vez más, el Príncipe de Suecia volvió al trabajo con una jornada plagada de reuniones, visitas y conferencias sobre iniciativa empresarial basados en un programa de becas y emprendimiento que llevan el nombre del Príncipe Daniel.