Quedan pocos días para que la Princesa Magdalena de Suecia y Chris O'Neill contraigan matrimonio en el Palacio de Drottningholm. La boda será el próximo 8 de junio y según ha admitido la princesa, lucirá un vestido de Valentino.
La feliz pareja ha de pasar por una serie de actos protocolarios antes de darse el 'sí quiero'. El último de ellos ha sido la lectura de las amonestaciones prenupciales. Esta tradición se remonta al Siglo XII y su objetivo en nuestros días es asegurarse de que la pareja consiente libremente en unirse en matrimonio, además de descartar cualquier impedimento legal o de otra índole.
O'Neill no será príncipe
Al contraer matrimonio con Magdalena de Suecia, Chris O'Neill debería convertirse en Príncipe de Suecia y Duque de Gästrikland y de Hälsingland además de recibir el tratamiento de Alteza Real. Sin embargo, el hombre de negocios ha querido renunciar a todos esos títulos para mantener su posición profesional. Y es que aceptarlos supondría tener la nacionalidad sueca (es estadounidense y británico) y no tener puestos de responsabilidad en negocios privados, algo a lo que no está dispuesto a renunciar.