El matrimonio de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin comenzó el 4 de octubre de 1997, cuando se casaron, terminó en enero de 2022, cuando se publicaron las fotos del exjugador de balonmano con Ainhoa Armentia, y se disolvió oficialmente en diciembre de 2023 ante notario en Barcelona.
La noticia se conoció vía ¡Hola! en enero de 2024, al tiempo que se hizo saber que Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia se han ido a vivir juntos a un piso situado en la misma urbanización en la que reside Claire Liebaert y que tienen planes de boda en el futuro.
Para conocer algunos detalles más, se preguntó a Claire Liebaert cuando salió por Vitoria a hacer unos recados. La belga es una mujer muy educada, pero también muy mayor, y no le gusta que le aborden por la calle para hacerle preguntas sobre la vida de su hijo. Sin embargo, haciendo gala de su amabilidad, ofreció algunas declaraciones a la reportera de Gtres que fueron mostradas por 'Vamos a ver', de Telecinco.
"Estamos todos muy bien, todos estamos tranquilos", señaló la madre de Iñaki Urdangarin, que añadió que no quería "hablar de eso" cuando la reportera la preguntó por su hijo y Ainhoa Armentia. Reconoció no saber nada ni de las condiciones del acuerdo de divorcio al que llegaron Cristina de Borbón y el exjugador de balonmano, ni sobre la casa de Bidart compartida por el exmatrimonio: "Ya te digo que no sé nada, de verdad, en esas cosas no me meto".
Un trabajo para su hijo y sus mejores deseos para la Infanta Cristina
Lo que sí dejó claro es que el único deseo que tiene para su hijo es que vuelva a trabajar: " Lo único que quiero es que tenga trabajo ". Como madre preocupada, desea que su hijo pueda obtener un empleo. Pese a lo que se ha publicado, nadie le habría contratado desde que abandonó Imaz&Asociados, donde conoció a Ainhoa Armentia. Tras el revuelo montado al conocerse la relación, optó por abandonar el despacho.
Además, expresó sus mejores deseos para la Infanta Cristina, a la que quiere que le vaya todo muy bien, de la que recordó que "siempre será la madre de mis nietos". Ambas se llevaron siempre muy bien, y Cristina de Borbón no olvidará que cuando en La Zarzuela se le dio la espalda, allí estuvo Claire Liebaert para ofrecerle cariño y refugio.