Mabel Wisse Smit ha tenido una vida singular. Entró en la realeza holandesa, aunque no de la manera que le gustaría, y tras ser todo un escándalo, termino siendo aceptada por todos. Con casi medio siglo de vida, ha tenido que lidiar con grandes desgracias que le han marcado profundamente; sin embargo, ha logrado sobreponerse y salir adelante. Esta es la historia de una princesa que no es como las demás.
1 La muerte de su padre
Los padres son de las personas más importantes para una persona durante toda su vida. Cuando un niño es pequeño, lo son todo. Mabel Martine nació el 11 de agosto de 1968 en Pijnacker, Países Bajos, en el seno de una familia formada por el matrimonio que componían Henrik Cornelis Los y Florence Malde Gijsberdina Kooman. En 1970 nació su hermana Nicoline, su compañera de juegos y confidente. La tragedia golpeó rápido y fuerte a Mabel, que con solo ocho años perdió a su padre, fallecido en 1978 cuando solo tenía 34 años.
2 Repudiada por la Familia Real Holandesa y el Parlamento, pero amada por el Príncipe Friso
Mabel no era ni peor ni mejor que sus cuñadas, la Reina Máxima y la Princesa Laurentien, pero en Países Bajos, el Parlamento tiene que aprobar los matrimonios de los miembros de la Familia Real. En caso de no hacerlo, el contrayente puede desposar a quien la plazca, pero tendrá que renunciar a sus derechos sucesorios. Ni la entonces Reina Beatriz, ya viuda del Príncipe Claus, ni la Cámara y el Gobierno dieron el visto bueno a Mabel; la razón es la relación que tuvo con el narcotraficante Klaas Bruinsma, un delincuente que murió asesinado por un rival en 1991. Se consideró que no había sido clara con este noviazgo, y aunque ella aseguró que lo suyo no llegó a nada, no se le perdonó tamaña mancha en su currículum.
Además de eso, en el libro llamado 'El servicio' se afirma que Mabel Wisse Smit trabajó como espía en los años noventa y participó en los Acuerdos de Dayton, que dieron como resultado el final de la guerra de Bosnia en 1995. Quien lo afirma es Frits Hoekstra, agente secreto que soltó este bombazo en sus memorias, donde contaba que Mabel era muy valiosa al haber tenido una relación con el entonces ministro bosnio de Exteriores, Mohamed Sacirbey. Mabel habría colaborado así con los servicios secretos de Países Bajos.
Todo ello le hacía poco idónea, y aunque el 68% de los neerlandeses pensaban que Friso no debía casarse con Mabel, ambos estaban enamorados y siguieron adelante. La crisis en la Familia Real fue profunda, pero no había nada que hacer. Habría boda y habría renuncia. Así ocurrió, y tras apartarse de la línea de sucesión al Trono, la pareja se casó el 24 de abril de 2004 en Delft, en una boda que no tuvo tanta pompa como la de sus hermanos, pero que estuvo a la altura de un enlace real. La pareja vivió feliz en Londres y tuvo dos hijas, la Condesa Luana de Orange-Nassau, nacida el 26 de marzo de 2005, y la Condesa Zaria, que vino al mundo el 18 de junio de 2006. Ambas nacieron en la capital británica y no tienen derecho al Trono, aunque sí se les concedió la dignidad de condesas por ser hijas de un príncipe real de Países Bajos.
3 El accidente que destrozó su vida
Alejados de las obligaciones oficiales al no formar parte de la Casa Real Holandesa, Friso y Mabel vivieron en la capital británica dedicándose a sus carreras profesionales. Eso sí, cada vez que la Reina Beatriz les requería, participaban en eventos, posados o cualquiera que fuera la ocasión. Su responsabilidad de Estado iba por delante. Era famoso su tradicional posado con el resto de los Orange en Lech (Austria), donde todos los inviernos se reunían para pasar sus vacaciones de invierno.
Friso de Países Bajos era tímido, pero a la vez arriesgado. El 17 de febrero de 2012 se internó por una zona fuera de pista para esquiar, cuando se vio sorprendido por una avalancha en Lech que le enterró vivo durante 15 minutos. Después de estar en la Unidad de Cuidados Intensivos en Innsbruck fue trasladado en marzo de 2012 al Hospital Wellington de Londres, ciudad en la que residía con su mujer y sus hijos. Desde noviembre de 2012, Friso de Holanda mostró signos de consciencia mínima, pero no mejoraba.
Finalmente, llegó lo que todo el mundo esperaba y la vez temía, un escueto comunicado en el que se anunciaba el peor escenario posible: "Su Majestad el Rey comparte con gran pesar que Su Alteza Real el Príncipe Johan Friso Bernhard Christiaan David ha fallecido este lunes por la mañana en el Palacio Huis ten Bosch de La Haya a los 44 años". Era el 12 de agosto de 2013, y Friso se apagaba tras un año y medio en coma.
El viernes 16 de agosto, los Orange-Nassau se reunieron al completo para decir adiós para siempre a Friso. El responso tuvo lugar en la localidad de Lage Vuursche (Utrecht) y estuvo oficiado por el sacerdote Carel ter Linden, el mismo que le casó en 2004 con Mabel Wisse Smit. Los restos del Príncipe Friso descansan desde entonces en el cementerio de una pequeña iglesia situada junto al castillo de Drakensteyn. Allí todos se volcaron con la madre del difunto y con la viuda, ambas desconsoladas, pero más enteras al saber que por fin Friso ha descansado.
4 Del 'odio' al amor: los Orange-Nassau hacen piña con Mabel
El tiempo que Friso pasó en coma fue muy duro para la Princesa Mabel, que vio su mundo resquebrajarse. La Princesa Mabel siguió con su vida como pudo en Londres e intentó que la tragedia afectase lo menos posible a sus hijos. Durante este tiempo, recibió el apoyo de todos los miembros de su familia política, y enjugó su dolor junto a quien peor lo estaba pasando, la entonces Reina Beatriz, destrozada desde que el mediano de sus vástagos quedó en coma. Suegra y nuera han estado muy cerca y se han apoyado en estos momentos de dolor. El mayor dolor al que se puede enfrentar alguien es perder a un hijo, algo que Beatriz tuvo que soportar. Para Mabel también ha sido duro, ya que se vio obligada a decir adiós a su marido y quedó viuda con solo 45 años y tenía 2 hijas pequeñas que han tenido que crecer sin padre.
Pero Mabel no solo ha tenido a la que siempre será su suegra pase lo que pase. Los hermanos Orange-Nassau, Guillermo, Friso y Constantino, siempre han estado muy unidos, algo que se ha hecho notar en los buenos y en los malos momentos. Así, Mabel ha tenido en sus cuñados y cuñadas sus mejores amigos para superar su dolor. Máxima y Laurentien han arropado a la viuda en actos oficiales y momentos privados, y se han encargado de que las Condesas Luana y Zaria mantengan relación con sus primos Orange-Nassau. Entre rumores de relaciones con otros hombres, Mabel sigue tranquila y apuesta por centrarse en sus hijas y en labores solidarias. Está concienciada en la lucha contra la explotación de las mujeres, sobre todo de las niñas. Su labor le ha llevado hasta a ganar premios. Su vida no ha sido fácil, pero en plena madurez ha logrado ser feliz de nuevo.