Sus Majestades llegaron con un cuarto de hora de retraso a la calle Camilo José Cela de Guadalajara, donde les esperaban la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, el presidente de Castilla-La Mancha, Emilio Page, el alcalde de Guadalajara, Antonio Román y el jefe de Estado Mayor de la Defensa, general de Ejército Fernando Alejandre.
Para la ocasión, el Monarca ha lucido el uniforme del Ejército de Tierra, mientras que la Reina ha tirado de armario con un vestido en blanco y negro con estampado floral de Carolina Herrera.
Antes del inicio del desfile, Felipe VI ha pasado revista a las tropas y ha dejado una corona de laurel en recuerdo a los caídos por España. Después, tanto él como su consorte se han colocado en la tribuna levantada para la ocasión y han seguido el desfile. A su término, se ofreció una recepción en en el colegio Niña María Adoratrices.
Pitos al Himno Nacional en la Copa del Rey
Los Reyes se fueron con buen sabor de boca, ya que escucharon aplausos y vivas. Todo cambió esa misma noche en el estadio Vicente Calderón de Madrid, que acogió el último partido oficial de su historia con motivo de la final de la Copa del Rey. El partido fue disputado entre el Fútbol Club Barcelona y el Alavés. Se esperaban pitos cuando sonara el Himno Nacional, y así ha sido.
Procedieron de los dos lados, si bien es cierto que no fueron unánimes y que fue menor que en ocasiones anteriores, cuando se enfrentaron el Barça y el Athletic. Sin embargo, el Rey los soportó solo, ya que Doña Letizia no asistió a la final de la Copa del Rey (tampoco tiene obligación). Polémicas aparte, la victoria fue para los culés, que se impusieron a los vitorianos por 3-1.