Así, tras la entrega, celebrada en el recinto Ses Voltes del Parc de la Mar de Palma, las mujeres de la familia se unieron a Don Felipe y se desplazaron a Es Portitxol para conocer el restaurante Mia, de Guillermo Cabot, que había sido inaugurado poco antes. Cambiaron así de escenario debido a que esta tradicional cena de la Familia Real en Palma suele ser en el restaurante Ola del Mar. Sin embargo, en esta ocasión cambiaron de escenario para disfrutar de las propuestas de este establecimiento cuyo dueño también lo es del Ola del Mar.
Todo complicidad familiar
No quedó la cosa ahí. Mientras la Reina Sofía abandonó el restaurante escoltada por la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, que llevaron del brazo a su abuela, Doña Letizia paseó cogida de la mano con Irene de Grecia. La tía Pecu, como se conoce en familia a la Princesa Irene, siempre se une a las vacaciones de la Familia Real en Mallorca y se aloja en Marivent con Doña Sofía.
Y aunque suele huir de los focos, la Princesa Irene se anima a aparecer en este posado familiar. En esta ocasión, aunque no estaba especialmente sonriente, sí parecía más relajada que tras la cena mallorquina del verano de 2022, cuando se le vio incómoda ante las cámaras.
Fue entonces el momento del posado familiar. En esos momentos, la Reina Letizia y la Infanta Sofía se miraron con mucha complicidad, un gesto madre e hija que refleja lo bien que se llevan. Después de las fotos, la Reina Letizia se acercó a Doña Sofía, que después de haber ido del brazo de sus nietas se agarró del Rey Felipe. Suegra y nuera se dieron unos besos a modo de despedida tras esta cena que supuso otro de esos posados que la Familia Real realiza durante sus veraneos en Mallorca, de los que en 2023 se cumplen 50 años.