Algo sin precedentes ha ocurrido en la Familia Real marroquí. Justo el 21 de marzo, la pareja celebraba sus 16 años de matrimonio, y justo días antes han anunciado su separación. Mohamed VI, el Rey de Marruecos, se divorciará entonces de Salma Bennani, quince años menor que él y con quien contrajo matrimonio en 2002.
Un enlace discreto pero multitudinario
La pareja se conoció en 1999 y tres años después se casaron en la capital marroquí, Rabat. Mohamed VI y Salma Bennani contrajeron matrimonio en una ceremonia que combinó la ancestral tradición propia del país y modernidad, y también fueron una muestra del rechazo a la ostentación característica de la realeza. Alrededor de 200 parejas marroquíes fueron invitadas para celebrar sus bodas al mismo tiempo que lo hizo el Monarca.
La boda entre Mohamed VI y Lalla Salma de Marruecos supuso un gran síntoma de modernidad para la realeza, no solo por la gran diferencia de edad, sino por la procedencia de la esposa del Rey. El hecho de no proceder de la nobleza, aunque sí de una familia de clase alta y ser informática, además de no vestir velo marcaron un antes y un después en la imagen de la realeza marroquí, que dista mucho de la que ofreció su padre Hassan II.
Una reina con muchas apariciones públicas
La vida de las esposas en palacio hasta entonces tenía muy apartadas de la mirada pública a las mujeres de los Reyes. La segunda esposa de Hassan II, padre de Mohamed VI, fruto de sus leyes más conservadoras, apenas ha tenido relevancia pública y se supone que vive en París.
La pareja también comenzó a resquebrajar las tradiciones de los matrimonios reales hasta entonces. Mohamed VI renunció a tener un harén y proclamó que sería monógamo. Además, autorizó a su esposa las apariciones en público y le dio el título de Princesa y Alteza Real. Una presencia en lo público que Lalla Salma de Marruecos ha aprovechado para eventos y presentaciones en las que ha sido la cabeza más visible.
Una gran madre y referente diplomático
El matrimonio entre Mohamed VI y Lalla Salma se consumó en dos hijos, Moulay Hassan, heredero a la corona, y Lalla Khadija, la hija pequeña que tienen en común. En diferentes instantáneas, ambos han demostrado grandes sentimientos de amor y respeto hacia sus hijos, algo que rompe también con la inexpresividad sentimental aparente de las leyes islámicas.
Fuera de su faceta como madre, Lalla Salma también ha sabido demostrar ser un referente en las relaciones diplomáticas, con el buen contacto que tanto ella como su ya exmarido han tenido con la Familia Real Española, la buena relación de Salma con la Reina Letizia e incluso su contacto con Michelle Obama, con quien se reunió cuando entonces esta era la Primera Dama de Estados Unidos.
Discreta, pero amante de la moda
A pesar de haber disfrutado de la apertura de protocolo de la Casa Real marroquí, si algo ha aprendido Lalla Salma durante esta época, es a mantener su privacidad a buen recaudo. Además, ha respetado las leyes y costumbres islámicas, con vestidos que nunca han enseñado más que los pies y sin ropajes provocativos, lo que ha causado que sea bien vista a juicio de los más críticos.
Además, para los entendidos en moda, Lalla Salma de Marruecos se ha convertido en un referente de la moda, en el que ha sabido combinar el estilo tradicional de su país con atuendos más propios de Occidente, lo que ha hecho que incluso haya representado al rey en visitas diplomáticas en estados como Francia, Tailandia y Japón, y también ha sido embajadora de algunos enlaces reales. Entre sus marcas preferidas, se encuentran Dior, Valentino, Chanel y ha puesto en alza el uso del perfume de Christian Dior.
El fin de su matrimonio, un secreto a voces
Tal y como confirmó la revista '¡Hola!', Mohamed VI y Lalla Salma ya han firmado los papeles del divorcio. Los primeros rumores que dieron pie a este suceso fueron a raíz de la operación de urgencia del Monarca el pasado 26 de febrero en París, a causa de una arritmia cardiaca. En la imagen que se filtró en la que el Rey posaba junto a su familia, destacó la ausencia de Lalla Salma.
Esta gran ausencia elevó las sospechas de crisis en la pareja, que se hicieron efectivas el 21 de marzo, la misma fecha que conmemora el 16 aniversario de su boda. Se pone así fin a un matrimonio que rompió esquemas dentro de la realeza marroquí, pero espera abrir paso a más aperturas en las próximas generaciones.