NOBLE Y EMPRESARIA

Conoce a Lady Elizabeth Anson: la prima de la Reina Isabel y organizadora de las fiestas privadas de la realeza europea

Ser prima de la Reina Isabel II le ha abierto sin duda muchas puertas y entre sus clientes están gran parte de las Casas Reales europeas y también celebrities como Mick Jagger e incluso Donald Trump.

Juan Salgado 04 Agosto 2019 en Bekia

Pocas mujeres pueden presumir de tener acceso directo a la Reina de Inglaterra, pero para eso Lady Elizabeth Anson es su prima y además la organizadora de todas sus fiestas desde los años 60. Cumpleaños, bodas, aniversarios... No hay evento que se le resista a esta aristócrata de fama internacional y en cuya cartera de clientes se mezclan los nombres de reyes europeos con los de celebrities como Mick Jagger.

Doble vínculo con la realeza

Lady Elizabeth Georgiana Anson nació el 7 de junio de 1941 en el seno de una de las familias aristocráticas más importantes de Escocia: los Bowes-Lyon. Una importancia que no radicaba tanto en sus orígenes históricos o sus propiedades artísticas, sino más bien en el hecho de que uno de sus miembros había conseguido convertirse en Reina consorte de Reino Unido y posteriormente en Reina Madre. Se trataba de Isabel Bowes-Lyon, madre de la Reina Isabel II.

De este modo, el vínculo de Lady Elizabeth con la Familia Real Británica procede por vía materna: su madre, Ana Bowes-Lyon, era sobrina de la consorte y prima-hermana de la actual soberana británica. Por lo tanto, Lady Elizabeth Anson es prima-segunda de Isabel II.

Su padre también procedía de la nobleza británica y era Sir Thomas Anson, Conde de Lichfield y Vizconde Anson. No obstante, poco le importaron tanto a él como a su esposa todos estos vínculos con la realeza y la aristocracia, puesto que se divorciaron en 1948. Algo que tuvo grandes efectos en el desarrollo infantil de Lady Elizabeth y de su hermano mayor: debido a que su madre se mudó a París y su padre viajaba mucho, los dos hermanos pasaron su infancia entre las casas de sus tías e internados.

En París, Ana Bowes-Lyon conoció al Príncipe Jorge de Dinamarca y al poco tiempo se casaron. Con lo cual, adquirió el título de Princesa Ana de Dinamarca y se emparentó con las casas reinantes en Noruega, Reino Unido, Grecia y Rusia. Al fin y al cabo, el Príncipe Jorge era primo de la Reina Margarita II de Dinamarca y del Rey Harald V de Noruega. Eso sí, nadie de la Familia Real Británica acudió a la boda debido a la condición de divorciada de la novia.

Su propia historia personal y familiar

Sí acudieron, sin embargo, a la boda de Lady Elizabeth Anson con el fotógrafo Sir Geoffrey Shakerley el 27 de julio de 1972 en la Abadía de Westminster. Una celebración por todo lo alto en la que la Princesa Ana ejerció como dama de honor y entre cuyos invitados se encontraban no solo representantes de la realeza británica (la Reina Madre, la Reina Isabel y la Princesa Margarita), sino también la Princesa Beatriz de Holanda, gran amiga de la novia.

Poco después de su primer aniversario, en agosto de 1973 nació la única hija del matrimonio, Fiona Elizabeth Fenella Shakerley, y los tres vivieron una existencia tranquila y relativamente discreta durante años en su mansión londinense. Una tranquilidad que solo se vio alterada por un escándalo familiar que salió a la luz en la prensa británica en 1987.

Ese fue el año en que se descubrió que Katherine y Nerissa Bowes-Lyon (tías de Lady Elizabeth y primas de la Reina Isabel II), habían estado internadas en el Hospital Earlswood para enfermos mentales desde 1941 y que desde entonces ningún familiar había acudido a visitarlas. Es más, a pesar de que Nerissa murió en 1986 y Katherine en 2014, ambas estaban consideradas legalmente como personas fallecidas desde 1963 y en el momento real de sus muertes nadie acudió a sus respectivos funerales.

Desde el Palacio de Buckingham se dijo que la Reina estaba al tanto de estos hechos pero declinaron hacer declaración alguna, puesto que consideraron que era "un asunto exclusivo de la familia Bowes-Lyon". Lady Elizabeth Anson salió del paso como pudo negando las informaciones y sosteniendo que su madre sí había acudido a visitarlas pero que, como no la reconocían, los médicos sugirieron que estas visitas eran perjudiciales y dejó de hacerlas.

Muchos años después, otro escándalo volvería a salpicar a nuestra protagonista por causas nuevamente ajenas a ella. Su marido, Geoffrey Shakerley, era uno de los fotógrafos oficiales de la Familia Real Británica y fue él el encargado de retratar la boda del Príncipe Eduardo con Sophie Rhys-Jones en 1999. Más tarde se supo que había retocado digitalmente la cara del Príncipe Guillermo en el retrato de familia porque, según él: "El Príncipe Eduardo creía que no era la mejor foto del Príncipe Guillermo, así que pudimos cambiarla por una de otra toma donde salía sonriendo".

Finalmente Lady Elizabeth Anson y Geoffrey Shakerley se divorciaron en 2009 tras más de tres décadas de matrimonio. En realidad, estaban separados desde la década de los 80 y al poco tiempo de divorciarse legalmente, él contrajo matrimonio a los 77 años con una mujer más joven con él.

La mejor organizadora de fiestas

La realidad es que más allá de estos escándalos sin gran trascendencia, si por algo es conocida Lady Elizabeth aparte de por su parentesco con la Reina es por su trabajo como organizadora de eventos. Un mundo en el que se adentró de manera casual siendo muy joven, después de caerse por las escaleras siendo recepcionista en el Hotel Hyde Park.

"Tenía que encontrar un trabajo que me permitiera trabajar desde casa. Yo misma había planeado mi fiesta de debutante y estaba tan agotada tras organizarla que no la disfruté. Entonces fue cuando se me ocurrió la idea. Pensé que alguien debería quitarle la carga a la gente para que realmente tuviese tiempo de disfrutar totalmente de la fiesta".

Tras organizar la fiesta para un ahijado de la Reina Madre, en los años 60 decidió fundar su propia empresa de eventos: Party Planners. Una compañía que se ha convertido en un referente gracias a sus grandes eventos y, sobre todo, por sus famosos clientes: el Barón Thyssen, Tom Cruise, Donald Trump, Mick Jagger, Valentino, Margaret Thatcher... Aunque su especialidad, sin duda, son las fiestas para la realeza.

Lady Elizabeth es, desde hace más de medio siglo, la encargada de organizar prácticamente todas las fiestas de la Familia Real Británica: desde los cumpleaños de prácticamente todos sus miembros a ocasiones más solemnes como el Jubileo de Oro de la Reina Isabel II en 2002, las dos bodas del Príncipe Carlos y, más recientemente, la cena de gala previa a la boda de los Duques de Cambridge en el Hotel Mandarin Oriental de Londres.

Sus parientes británicos no son, ni de lejos, sus únicos clientes. Ha trabajado también para la Reina Beatriz de Holanda, para los Reyes de Noruega y para la Reina Margarita de Dinamarca. De hecho, la propia Lady Elizabeth reconoce que de todos los eventos que ha organizado en su carrera, sin duda el más difícil fue la boda del Príncipe Pablo de Grecia y Marie Chantal Miller en 1995. ¿La razón? Las cifras eran enormes: 1.500 invitados a la cena de gala previa, 1.700 invitados al almuerzo nupcial e ingentes medidas logísticas y de seguridad.

Para ella la clave no está en la calidad del evento en sí, sino en la calidad de los invitados: "No se trata de ingredientes caros. Se trata de personas. Una fiesta con pasta y salchichas puede ser tan buena como una de langosta y caviar". Aun así, su principal consejo de cara a la organización de una fiesta es sentar a todos los invitados aburridos en la misma mesa: "No se darán cuenta de que ellos son los aburridos".

Con el tiempo, el tipo de fiestas organizadas por Party Planners ha ido cambiando y adaptándose a las aficiones de las nuevas generaciones. Pero hay una problemática que existirá siempre en cualquier evento festivo: ¿cuál es el momento idóneo para cerrar una fiesta? Lady Elizabeth Anson lo tiene claro: "Si dejas que la fiesta se agote, estás acabado. Cuando haya ya pocas personas en la pista, anuncia que es el penúltimo baile y cierra el bar. La gente se va rápido cuando no puede tomar una copa".

La discreción en su negocio es una máxima y es por ello por lo que la aristócrata se refiere a sus clientes con apodos para evitar cualquier tipo de filtración. En el caso de su mejor clienta, la Reina Isabel II, se refiere a ella como Shirley Temple. Un apodo con el que la soberana está muy familiarizada, ya que era así como la llamaban con tono despectivo y burlón los Duques de Windsor.

Sobre los gustos de Isabel II en sus fiestas, Lady Elizabeth solo se ha permitido dar el siguiente dato: "La Reina es mi clienta más meticulosa. Ella revisa todos los detalles de cualquier evento: el lugar, las flores, las habitaciones de invitados, los menús...". Nos quedamos con las ganas de saber si su Graciosa Majestad es de esas pocas personas que quedan hasta el final en la pista de baile o si es de las que prefiere las salchichas al caviar. Lady Elizabeth Anson murió el 1 de noviembre de 2020 a los 79 años.

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