La primera jornada con actos del Viaje de Estado de los Reyes Felipe y Letizia a Reino Unido terminó como suele ocurrir en estas grandes ocasiones, con una cena de gala ofrecida por el anfitrión a los invitados. Así, la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo llenaron de brillo el Palacio de Buckingham para homenajear a Don Felipe y Doña Letizia.
Todo el protagonismo recayó en la Reina Isabel y el Rey Felipe, pero también en sus consortes, el Duque de Edimburgo y la Reina Letizia. De todos modos, quien acaparó todas las miradas fue Doña Letizia con su vestido rojo y la tiara de la Reina Victoria Eugenia, todo un guiño a los vínculos familiares de ambas Casas Reales.
Siendo en Buckingham Palace y tratándose de una cena de gala, no podía ir solo la pareja reinante, sino que otros miembros de la Familia Real Británica deberían estar invitados... y así fue, aunque los únicos que posaron fueron los tres reyes y el príncipe consorte. A otros Mountbatten-Windsor solo se les vio durante su entrada, quedando así una pequeña prueba de su presencia.
No faltaron el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles, que como pareja heredera tiene un papel importante pero más secundario en este Viaje de Estado, así como los Duques de Cambridge, el Príncipe Harry, el Duque de York y el Conde de Wessex, así como numerosas autoridades invitadas por la Reina.
Kate Middleton, vestida de Marchesa y con joyas real
El encuentro más esperado era el de la Reina Letizia y Kate Middleton, pero lamentablemente no ha tenido lugar en público. Se han visto, y probablemente hayan charlado, pero no han posado juntas, y no han estado cerca al menos cuando las cámaras estaban delante.
Su presencia fue advertida en el paseo que dieron los invitados principales hasta que tomaron asiento, donde ella iba detrás del Príncipe Guillermo, así como en un espejo en el que quedó reflejada hablando con el Príncipe Harry cuando Don Felipe y Doña Letizia posaban con Isabel y Felipe de Inglaterra. Posteriormente se tomó una imagen en solitario de la Duquesa de Cambridge en la que se pudo apreciar un vestido de Marchesa en rosa palo. Para las joyas optó por un collar de diamantes y rubís de Isabel II, así como la tiara Cambridge Lover's Knot, que pertenece al joyero real desde que fue encargada por la Reina Mary en 1914.