El viaje de los Duques de Cambridge en Canadá está resultando muy satisfactorio. El Príncipe Guillermo y Kate Middleton aterrizaron el pasado sábado junto a sus dos hijos en el aeropuerto de Victoria, capital de la Columbia Británica, y desde entonces no han parado.
Tras ser recibidos por las autoridades y participar en actos de bienvenida, se fueron a descansar para reponerse del largo viaje y tomar fuerzas para la intensa semana que les espera. Así, al día siguiente, la pareja se escapó a Vancouver, donde la Duquesa de Cambridge derrochó estilo y ambos se dieron un baño de masas.
De vuelta a Victoria les ha tocado participar en una recepción en su honor celebrada en la Casa del Gobierno, situada en la capital de esta provincia bañada por el océano Pacífico. Allí tampoco han aparecido los Príncipes Jorge y Carlota, demasiado pequeños para asistir a unos actos en los que los niños todavía no tienen cabida.
La mujer de rojo
Muy tranquilos al dejarles con su niñera, la española María Teresa Turrión Borrallo, los Duques de Cambridge se trasladaron a este lugar, en el que les esperaban unos 200 invitados que estaban deseosos de departir en algún momento con el nieto de su Jefa de Estado y su consorte.
Allí, la Duquesa de Cambridge acaparó todas las miradas al portar un fabuloso vestido rojo con falda midi de Preen que le hizo convertirse la auténtica protagonista. Llamativa, pero elegante, Kate Middleton dejó el listón muy alto y tuvo el detalle de llevar la hoja de arce que es el símbolo de Canadá como broche.