Galería: Juicio por el Caso Nóos
La declaración de Diego Torres en el juicio por el Caso Nóos no ha sido tan sumamente dura contra Iñaki Urdangarín, más que nada porque ya le había dado cera a través de los correos que fue filtrando durante la fase de instrucción. Su comparecencia va por el tercer día, pues tiene mucho que contar y explicar como cabeza del Instituto Nóos.
No solo ha querido meter de lleno a la Casa Real, ni ha repetido que no veía delito en lo que hacían al tener tanta supervisión, sino como señala El Mundo, ha dejado claro que cuenta con un tono pedante y de superioridad que está molestando al fiscal, a la representante de la Abogacía del Estado, Dolores Ripoll, y casi todo el que pasa por allí.
Entre sus perlas se encuentran palabras como las que dirigió a la abogada de Illes Balears: "No voy a hablar de los informes que ha tenido usted tres años para estudiar y analizar". También Dolores Ripoll fue victima de sus palabras cuando le quiso recomendar libros de consultoría. Por si fuera poco, cuando ve facturas que le perjudican responde que está mal hecha: " se nota que no la hice yo". Además, para rizar más el rizo, para pedir ir al baño comentó: "Solicito permiso para una pausa biológica".
Los gustos castizos de la Infanta Cristina
Una de las sorpresas corrió a cargo de dos personas que se personaron en la Escuela Balear de Administraciones Públicas de Palma de Mallorca en la que se está celebrando el juicio. Se trata de dos de los hermanos de Iñaki Urdangarín, Clara y Mikel, que acudieron como público para escuchar la declaración de Diego Torres y de paso para dar apoyo a su hermano, a quien siempre han defendido.
Además, se ha desvelado a través de Cadena SER cuál fue el contenido de la conversación que mantuvieron Urdangarín y Torres en la primera sesión del juicio, cuando sorprendió ver a estos dos exsocios y enemigos departir amablemente desde sus asientos contiguos. Y es que no solo hablaron sobre cómo estaban ellos y sus respectivas familias, sino que el cuñado del Rey pidió ayuda al menorquín. Al parecer, Urdangarín le dijo que cuando llegase su turno iba a contar "la verdad", o al menos su verdad de lo que habían vivido y realizado en el Instituto Nóos, y por ello solicitaba su ayuda.
Otros detalles revelados, en esta ocasión más nimios y triviales, vienen de El Mundo, que cuenta que la Infanta Cristina, su marido y los escoltas almuerzan bocadillos de un bar llamado Azafrán. Una de las trabajadoras ha comentado que a la Infanta Cristina le gustan los bocatas de queso manchego, aunque a veces opta por los de jamón serrano lo de lomo con queso. Parece que para algunas cosas, es de gustos sencillos.