El juez José Castro fue el encargado de instruir el Caso Palma Arena, un entramado tan grande que tuvo que resolver en piezas. Una de ellas es la relativa al Caso Nóos, que terminó con la imputación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, en aquel momento miembros de la Familia Real. Su labor fue clave para sentar en el banquillo de los acusados a la hermana del Rey Felipe, algo que fue completado por el sindicato Manos Limpias, que ejerce la acusación particular en el juicio que se desarrolla en Mallorca desde enero de 2016.
El Juez Castro no fue a la reunión
"No le pregunté cuál sería el orden del día de tal reunión porque era obvio qué el Sr. Roca y yo no teníamos más tema en común que el de Doña Cristina de Borbón", asegura Castro según El Mundo, donde también comenta que las condiciones que pedía el abogado eran raras. "Lo que me llamó la atención no fue la pretensión en sí, puesto que la puerta de mi despacho siempre ha estado abierta para cuantos Letrados han querido acceder a él sin necesidad de pedir cita previa, sino el hecho de que mi interlocutor enfatizara las condiciones en que esa reunión debería celebrarse".
En el escrito se detalla que el sitio de la reunión sería en una finca que podría estar ubicada en Barcelona, cerca del despacho de Roca, o en Mallorca, donde vive y trabaja Castro. La petición señalaba que sería un lugar recóndito donde no pudieran ser captados por la prensa para garantizar intimidad absoluta. El encuentro nunca se produjo, ya que Castro no estaba dispuesto a tener reunión con nadie que no fuera a su despacho sin esconderse.