La pareja concedió una entrevista en la que recordaron aquellos angustiosos momentos y todo lo que vino después.
Era 24 de julio de 2020. Joaquín y Marie de Dinamarca disfrutaban de sus vacaciones en el Chateau de Cayx, residencia de la Familia Real Danesa en Cahors, Francia. Eran días de felicidad en familia con sus hijos Enrique y Athena. Además, acababa de ser el 18 cumpleaños del Príncipe Félix y lo habían celebrado allí con él, uniéndose el Príncipe Nicolás así como Alexandra Manley. Todo un ejemplo de armonía familiar. Esa tarde, el Príncipe Joaquín y la Princesa Marie habían concedido una entrevista La Dépêche du Midi. Todo iban bien. Por la noche, la pareja y los dos hijos que tienen en común se desplazaron a casa de unos primos de Joaquín de Dinamarca que viven muy cerca. Su padre, el Príncipe Enrique, era francés y conserva familia en el país galo. Fue entonces cuando el hijo de la Reina Margarita sufrió un ictus que le llevó al hospital y del que ha ido recuperándose poco a poco. Ha hablado sobre lo que pasó, pero la pareja nunca ha sido tan sincera hasta abril de 2021, cuando concedieron una entrevista a Hjernesagen, revista que publica la asociación anónima de afectados por problemas cerebrovasculares.
Cuando el Príncipe Joaquín empezó a hablar con uno de sus familiares, la Princesa Marie se dio cuenta de que algo no iba bien: "Le oía decir tonterías. Por un segundo pensé que podría estar bromeando, pero cuando le miré, supe que podía ser grave". Por ello, le pidió que repitiera lo que acababa de decir. "No notaba nada. Cuando has pensado una frase, entonces ya la has escuchado formulada dentro de ti y por lo tanto parece claro y distinto. Así que me sorprendió de que me pidiera que lo repitiera. Cuando miré a Marie, pude ver en su cara que algo iba mal, pero yo no sentía nada", añadió el hijo menor de Margarita de Dinamarca. "Supe de inmediato que había algo mal en su cerebro. Podía ver su parálisis facial, era terrible. Esas imágenes se han quedado para siempre en mi cabeza".Al entender lo que estaba pasando y ayudada por sus familiares allí presentes, llamaron a una ambulancia. La ayuda llegó en 15 minutos, luego todo fue más rápido. "Lo curioso es que puedo recordar todo. No sentía dolor ni tengo lagunas de lo que pasó. Recuerdo haber escuchado que ya venía la ayuda. Me acosté en una camilla y me hablaban todo el rato. Íbamos a toda velocidad hacia Cahors, un trayecto que conozco como la palma de mi mano. Sabía por dónde íbamos. Por supuesto, Marie de Dinamarca iba con el Príncipe Joaquín, mientras que los niños se quedaron con sus familiares. En el camino hasta el hospital de Cahors, que duró menos de media hora, Joaquín de Dinamarca perdió la sensibilidad en el lado izquierdo del cuerpo. Ya en el hospital se dan cuenta de que es demasiado grave y que necesita una cirugía de emergencia a la que tiene que ser sometido en Toulouse. Ese camino ya no lo recuerda.
Marie de Dinamarca recuerda con dolor lo mal que lo pasó en ese momento porque no pude viajar a Toulouse con su marido: "Fue realmente horrible. No podía ir en la ambulancia y no tenía coche en Cahors. Había dado mi número para que me informaran de su estado, me dijeron que su estado había empeorado". Afortunadamente, en Toulouse todo salió bien. Como explicaron en la entrevista, el Príncipe Joaquín fue sometido a una trombectomía. "Estuvo tan cerca de una tragedia que podría haber cambiado nuestras vidas para siempre. Estamos muy agradecidos de estar juntos y poder hablar sobre esto. Estoy tan agradecida de que él puede sonreír y reconocerme", declaró la Princesa Marie, que lo pasó muy mal aquella noche al no saber qué podía pasar: "Tenía pensamientos terribles. La espera era infinitamente larga. Estaba esperando y te enfadas mucho porque recuerdas lo que ha pasado una y otra vez. Y puedes verle indefenso y no puedes hacer nada. Tenía miedo de perderle. Su parálisis física me preocupó mucho menos, lo importante era salvar su cerebro. Su capacidad para hablar y pensar".El agradecimiento de Joaquín a Marie de Dinamarca
Horas después recibió buenas noticias y pudo verlo: "Sabía que no podía reaccionar de inmediato, pero solo necesitaba verle. Me acerqué y estuve dos minutos con él. No puede recordarlo, pero le pregunté si podía sonreírme, y cuando vi que podía sonreír con ambos lados del rostro, sentí que finalmente podía respirar de nuevo": Había que decírselo a sus hijos. Afortunadamente parecía que no era tan grave: "Lo primero que le dije a ella fue '¡Me salvaste la vida!'. Tuve una suerte increíble. Marie supo darse cuenta de todo. Fue asombrosa. Manejaste la situación de emergencia y también lo hiciste en los días posteriores", recordando cómo además se hizo cargo de la familia.
"Fue solo cuando me dieron de alta que vi a otros además de Marie. Así que volver a casa y ver a los niños fue... Por supuesto que sabía que estaban en las mejores manos, pero poder verlos, sostenerlos, tocarlos reconocerlos y hablar con ellos..." recuerda Joaquín de Dinamarca. La Princesa Marie recuerda con angustia los primeros días en Cayx. Estaban agradecidos de estar juntos y contentos porque el Príncipe Joaquín estaba bien, pero tenía miedo: "Tenía miedo de dejarlo solo y de que volviera a suceder. Por lo general, Joaquín es el vikingo fuerte que nunca está enfermo. Pero de repente era yo quien iba a ser la fuerte", señaló ella, a lo que el hijo de la Reina añadió: "Cambiar de roles puede traer algo positivo".
"No debes pensar que es un simple malestar. Si uno mismo puede, llame al 112 o pida ayuda de alguna manera", manifiesta el Príncipe Joaquín, que pese a todo se siente afortunado por no haber tenido las graves secuelas que se pueden arrastrar cuando se sufre un ictus: "He tenido una suerte increíble, y quizás precisamente por eso, mi fase postraumática se ha prolongando. No hablo de los síntomas del estrés o similares, pero hay pensamientos que regresan constantemente: Y luego la certeza de que no puedes calcular la probabilidad por lo afortunado que he sido. Cuando interviene Marie, cada proceso hasta la operación, donde afortunadamente estábamos cerca de algunos de los mejores especialistas en este campo en Francia, si no del mundo entero. Todo ha sido una consecuencia de circunstancias buenas y felices". Por su parte, su mujer añadió que si bien es importante hablar de una experiencia así, es más fácil hacerlo con alguien que ha pasado por algo parecido: "Ayuda mucho poder hablar de ello, pero lo extraño es que es difícil hablar con alguien que no ha estado en la situación. Realmente tiene que ser alguien a quien conozcas bien. Porque es muy íntimo hablar de esto, y es increíblemente importante contactar a alguien que entiende de lo que se está hablando".
Finalmente, además de agradecer todo el cariño recibido tanto en Dinamarca como en el extranjero, han señalado que sienten que si todo salió bien es porque les protegía el Príncipe Enrique, padre del Príncipe Joaquín, fallecido en 2018, desde donde esté. También señalaron que piensan mucho en los que han pasado por una experiencia parecida pero no tuvieron la misma suerte que Joaquín de Dinamarca, que logró recuperarse.