Jaime Peñafiel es todo un experto en Casas Reales. A lo largo de su carrera ha cubierto más de medio centenar de bodas reales, por lo que tiene numerosa experiencia en este aspecto. Por ello, se ha permitido opinar sobre la del Príncipe Harry y Meghan Markle, aunque de forma muy desafortunada.
El periodista comenta en El Mundo que la boda ha sido de la realeza, pero sin la realeza, ya que los novios no han invitado a miembros de Casas Reales extranjeras. Además de enfatizar el origen de la contrayente "la mestiza afroamericana Meghan Markle", cosa que por cierto no tiene nada de malo, lamenta que la Reina Isabel haya tenido que asistir a " la boda más surrealista de todas las celebradas durante su reinado, después de haber vivido y sufrido cuatro divorcios de cinco matrimonios", en referencia a la de su hermana y a las de sus hijas, todas ellas terminadas en divorcio salvo la de los Condes de Wessex.
¿Sin royals por si no querían ir a la boda?
Y entonces es cuando va a la carga a por Meghan Markle por su origen y su matrimonio fracasado: "¡Quién le iba a decir a la reina más reina del mundo y a todos los reyes europeos, incluyendo a Juan Carlos, que sus hijos y en este caso, nieto, se casarían no sólo con plebeyas y divorciadas sino con mestizas !", señalando además que estas bodas no modernizan, sino que vulgarizan las Monarquías.
En ese sentido, asegura que la Reina Isabel autorizó la boda, pero no podría ser en la Abadía de Westminster, sino en Windsor, y que además era mejor no invitar a las Casas Reales por si se negaban a acudir, ni siquiera a los emparentados, como la Familia Real Española: "Que la boda "real" fuera todo lo interracial que los novios querían pero de bajo nivel".