Galería: La Familia Real Española en imágenes
Tras pasar parte de sus vacaciones con su madre, la Infanta Elena, Felipe y Victoria se encuentran disfrutando de unos días de descanso con su padre, Jaime de Marichalar, en la urbanización gaditana de Sotogrande.
Desde hace algunos años y siempre de manera discreta, el aristócrata ha elegido la costa andaluza para los días de relax estival que le corresponde pasar con sus hijos desde que se separó de la Duquesa de Lugo.
En Sotogrande, la condesa viuda de Ripalda, madre de Jaime, posee una casa a la que toda la familia acude en estas fechas, por ello conoce a la perfección la zona y cuenta con numerosos amigos, por lo que le encanta venir hasta este enclave gaditano.
El aristócrata se desplazó a la playa acompañado por sus dos hijos, Felipe y Victoria, que tras pasar unos días en Mallorca en compañía de la Reina Sofía y de sus primos Urdangarín están también encantados en Sotogrande.
Aunque se lo pasaron muy bien, estas vacaciones no han estado exentas de polémica por el comportamiento de Felipe, de 15 años, que ha tenido dos salidas de tono que han causado un gran disgusto a la Familia Real.
Y es que Felipe Juan Froilán se enfadó con Pablo Urdangarín, segundo hijo de los Duques de Palma, al que dio un cabezazo e intentó clavarle el palo de un pincho moruno que se había servido en la merienda posterior a la entrega de diplomas del curso de vela que realizaron en Cala Nova. Uno de los responsables de la Escuela de Vela les separó y la pelea quedó ahí.
El desplante de Froilán a los fotógrafos
Pero no solo ocurrió eso, pues durante el posado realizado en el puerto en el que participaron la Princesa Letizia, la Infanta Elena, la Reina Sofía y todos sus nietos, Froilán dijo "¿Cuántas fotos lleváis ya?", lo que fue contestado por la Duquesa de Lugo con una pequeña colleja, sin perder en ningún momento la sonrisa.
La Reina también riñó a su nieto cuando terminó el posado. Doña Sofía regañó al adolescente antes de montarse en el coche ante la mirada de la Princesa Letizia, que no sabía dónde meterse.