Parecía que su vida iba a transcurrir en Barcelona, y en concreto en la casa de Pedralbes que adquirieron sus padres. Como sus hermanos, fue matriculada en el Liceo Francés de la ciudad condal, viajando a Madrid para visitar a su familia materna y a Vitoria para ver a la paterna que residía allí.
En 2009, Irene Urdangarin se mudó a Washington con sus padres y hermanos. Iñaki Urdangarin había aceptado una muy buena oferta para ser consejero y presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica Latinoamérica y Estados Unidos. Lo que parecía una magnífica oportunidad profesional era más bien una forma de apartar al entonces Duque de Palma.
Pero hasta que se destapó todo en 2011, Irene Urdangarin creció y vivió feliz en el acomodado barrio de Chevy Chase. Entre 2012 y 2013, la familia residió en Barcelona, ocupando de nuevo el mal llamado Palacete de Pedralbes. Fue un año durísimo para todos ellos, pero menos para Irene Urdangarin, demasiado pequeña para sufrir lo que padeció sobre todo su hermano mayor, Juan.
En cierto modo, la tranquilidad llegó cuando la familia comenzó el curso 2013/2014 con una mudanza a Ginebra al aceptar la Infanta Cristina un trabajo como coordinadora Interagencias de la Aga Khan Trust and Culture. Fue matriculada en el Ecolint de Ginebra, como sus hermanos, a los que vio marchar de Suiza uno tras otro según se iban graduando.
Lo peor fue cuando Urdangarin ingresó en la cárcel el 18 de junio de 2018. Su padre se iba cuando ella acababa de entrar en la adolescencia, lo que la alejaría de él y le acercaría más a su madre. A ella también le afectó el Caso Nóos y creció dándose cuenta de que su idílica familia no lo era tanto. Su relación con su padre es la que más altibajos ha tenido. Él lo fue todo para ella, pero el paso de Urdangarin por la cárcel enfrió su trato, al igual que descubrir que su padre estaba con otra mujer. Iñaki sufrió, pero logró recuperar el favor de su hija Irene, que hizo borrón y cuenta nueva en su compleja relación con su progenitor.
A orillas del lago Leman, Irene Urdangarin se hizo mayor, creó un grupo de amigos mientras mantenía otro en Barcelona, forjó un fuerte vínculo con sus tíos y primos Urdangarin, sobre todo con los Gui, y se aferró todavía más a su amor por sus hermanos Juan, Pablo y Miguel, a los que adora.
Desde Suiza echaba de menos a sus abuelas, la Reina Sofía y Claire Liebaert, aunque también al Rey Juan Carlos. Además, se hizo muy amiga de su prima Victoria Federica al tiempo que su trato con la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, una de su edad y la otra más o menos, iba disminuyendo por la lejanía y las circunstancias. Eso no quita para que se hayan llevado y se lleven bien.
Sus gustos y su carácter
Rubia, de ojos azules y con casi 1,80 de altura, Irene Urdangarin es cosmopolita, sabe lo que es vivir en varios países y le gusta viajar. Habla español, inglés y francés, sabe catalán y ha estudiado alemán, una lengua que maneja la Reina Sofía. Siempre fue responsable y buena estudiante, aunque flojeó en su última etapa en el Ecolint quizás abrumada por lo que pasó entre sus padres. Todo ello fue superado y el 16 de junio de 2023 celebró su graduación en el Ecolint de Ginebra, lo que conllevó una fiesta a la que asistieron sus padres, hermanos, abuelos, la Infanta Elena y sus primos Marichalar. Fue todo un cónclave familiar que supuso reencuentros no demasiado cómodos.
Como buena Urdangarin y buena Borbón es muy deportista. Le gusta la vela, el surf, el tenis y el esquí. Además, adora la música y toca el piano, como su hermano Miguel. Le gusta leer y le apasiona la moda. Tiene estilo y sigue las tendencias para estar siempre a la última. Le gustan tanto las zapatillas deportivas, que hasta las colecciona. En su armario hay una marca llamada Golden Goose, como pudo verse durante la visita que realizó con su madre, hermanos, su tía y su prima al Rey Juan Carlos en Abu Dabi en Semana Santa de 2022.
Mientras Pablo Urdangarin se maneja con soltura ante las cámaras y tiene un carácter como el de Miguel, Irene se parece más a Juan Urdangarin. No es tan tímida como él, pero sí es reservada, celosa de su intimidad y seria. Se podría decir que en cuestiones de carácter, Pablo y Miguel son como su padre, y Juan e Irene han salido a su madre.
A su vez, se parece a su abuela, la Reina Sofía, cuyo carácter heredó Cristina de Borbón. Prefiere por tanto la discreción, por eso no le gustan especialmente los focos, aunque tampoco se esconde. Al mismo tiempo es sociable y sabe divertirse. Todo eso y mucho más es Irene Urdangarin de Borbón.