La Duquesa de Lugo participó en el CSN5 del Real Club Pineda, donde estuvo acompañada de su hija y de su gran amigo Luis Astolfi.
El pasado sábado la Infanta Elena pudo disfrutar de una de sus grandes pasiones, la hípica, pues se celebraba en Sevilla el CSN5 del Real Club Pineda. Hasta allí acudió con su hija Victoria Federica, una adolescente de 15 años que ha heredado el gusto por los caballos de su madre.
La hija mayor del anterior Jefe del Estado no dudó en acercarse un año más a este torneo, que se celebra por tercera vez y que ya en 2014 contó con la presencia de la Duquesa de Lugo. La novedad es que esta vez ha estado junto a su benjamina, que no se ha querido perder esta competición.
También se vio al jinete Luis Astolfi, con quien hace tiempo se relacionó sentimentalmente con la Infanta Elena. Los meses han pasado, y parece que lo suyo es solo una buena amistad que se acrecenta cuando hay torneos hípicos en los que ambos disfrutan de su gran pasión compartida.
Como se encontraban en una competición equina, lo lógico era que Doña Elena y Doña Victoria cabalgaran a lomos de sus caballos, y así hicieron. A sus 51 años, la Duquesa de Lugo lleva toda la vida subida encima de este noble animal, por lo que su técnica es perfecta. Por su parte, su benjamina no lo hace mal, y se lo pasó en grande montando a caballo.Los hermanos Marichalar, separados de nuevo
Si hubiera podido, quizás el pasado otoño hubiera acompañado a su madre, pero la sobrina de Felipe VI pasó todo el curso pasado en un internado británico, donde ha seguido con su formación académica y ha perfeccionado su inglés. A partir de ahora, la niña vivirá en Madrid, donde ha retomado su antigua vida y puede estar cerca de sus padres y del resto de sus familiares, además de contar con sus amigos de siempre.
Lo llamativo es que el que está ahora fuera es Froilán. Tras su paso por un internado británico volvió a España, donde terminó estudiando en un internado de Sigüenza en el que mejoró sus notas, pero no consiguió los resultados que su familia esperaba de él. Por ello, sus abuelos maternos instaron a la Infanta Elena y Jaime de Marichalar a que se marchase a una escuela militar de Estados Unidos, que es donde se encuentra actualmente.