El 7 de abril de 2022 falleció José María Álvarez de Toledo a los 73 años. El Conde de la Ventosa, que murió a causa de un problema cardiorrespiratorio, fue trasladado al tanatorio de San Juan de la Cruz en Segovia, donde fue velado hasta que se celebró su funeral en Muñopedro. En esta localidad en la que tenía una finca y donde fue muy feliz fue donde quiso ser enterrado.
Entre los asistentes al funeral de José María Álvarez de Toledo estuvieron la Infanta Elena y Victoria Federica, que viajaron hasta Muñopedro para dar el último adiós al Conde de la Ventosa, con el que madre e hija tenían una buena amistad. Además, la Duquesa de Lugo y su hija querían acompañara a Rita Allendesalazar en tan duros momentos.
Doña Elena y Victoria de Marichalar, que no se perdieron el funeral en la iglesia San Miguel Arcángel de Muñopedro, estuvieron hablando con otras de las personas que acudieron a dar el último adiós al Conde de la Ventosa. Por supuesto estuvieron pendientes de Rita Allendesalazar, una persona imprescindible en la vida de la Infanta Elena.
El apoyo mutuo de la Infanta Elena y Rita Allendesalazar
La Infanta Elena es íntima amiga de Rita Allendesalazar desde que se conocieron siendo muy jóvenes. Les unió la hípica y desde entonces siempre han estado juntos, celebrando lo bueno y apoyándose para sobrellevar lo malo. Esa amistad se traspasó al Conde de la Ventosa cuando en 1986 se casó con Rita Allendesalazar. Además, Froilán y Victoria Federica tenían mucho cariño al matrimonio, motivo por el que la aristócrata acompañó a Doña Elena en el funeral.
Para la hija del Rey Juan Carlos el viaje no era raro. Eran habituales sus visitas a la finca que Rita Allendesalazar tiene en Muñopedro, un lugar que siempre ha sido un refugio para ella. Ahora que su amiga es la que le necesita, allí ha estado y estará la Infanta Elena.