El Caso Urdangarín, la cacería del Rey, Corina zu Sayn-Wittgenstein, el disparo de Froilán... demasiados escándalos en la Monarquía española en tan poco tiempo para que la institución no sufriera su peor crisis. Hasta ahora era un calificativo de periodistas, pero esta tarde se ha materializado entre el pueblo llano.
Ha sido durante la entrega de trofeos en la final del Masters 1000 de tenis de Madrid, que ha ganado el suizo Roger Federer. Cuando la organización del torneo ha anunciado que sería la Infanta Elena la que entregaría uno de los premios ha sido recibida con una clamorosa pitada y fuertes abucheos.
Hasta ahora la Casa Real había gozado del apoyo popular y nunca se había visto en una situación parecida. El Rey había recibidos pitadas únicamente en partidos de fútbol entre equipos catalanes o vascos y por parte de independentistas.
La pitada de esta tarde es insólita por el lugar el que se ha producido, la final de un torneo de tenis en Madrid, y por quien la recibe, una Infanta de España.
Los Príncipes Felipe y Letizia intentan mantenerse al margen de los escándalos
Felipe y Letizia son los dos únicos miembros de la Casa Real que no han protagonizado ningún tipo de escándalo en las últimas semanas e intentan conservarse al margen de las polémicas Reales.
A los herederos de la Corona se les ha echado en falta en el funeral del padre de Iñaki Urdangarín o en la boda de Telma Ortiz, hermana de la princesa. Ante los rumores de una próxima abdicación de don Juan Carlos, prefieren mantener un perfil bajo y aparecer poco en público, sólo en los actos oficiales que les marca la agenda.