No todo son malas noticias para la Familia Real, pues la Duquesa de Lugo sintió el calor del pueblo en esta tradicional cita taurina.
La Plaza de toros de Las Ventas acogió la tradicional Corrida Goyesca del 2 de mayo con motivo de la festividad de la fiesta de la Comunidad de Madrid. La Infanta Elena fue la encargada de presidir el festejo desde el Palco Real de la Monumental madrileña, mostrando así su apoyo a la fiesta de los toros. La Duquesa de Lugo ha heredado la afición al mundo taurino de su padre, el Rey, y de su abuela paterna, la Condesa de Barcelona, mientras que otros miembros de la Familia Real como la Reina Sofía y la Infanta Cristina no muestran interés por los toros.
La Infanta Elena vio desde el palco las faenas del extremeño Antonio Ferrera, que consiguió una oreja con su segundo toro; al burgalés Morenito de Aranda, que obtuvo otra en el primero, y al madrileño Alberto Aguilar, que también tuvo su trofeo en esa tarde en la que se lidiaron toros de El Cortijillo y Hermanos Lozano. La Infanta Elena, apasionada del toreo
Tras finalizar la corrida se pudo ver a la Infanta Elena saliendo de la plaza de Las Ventas feliz y sonriente, y no es para menos, pues recibió la ovación de decenas de personas que se acercaron a verla y
saludarla, antes de que se marchase del lugar conduciendo su propio coche.
La agenda de la Infanta Elena no ha hecho más que disminuir en los últimos meses, aunque como miembro de la Familia Real sigue participando en numerosos compromisos, como los relacionados con la educación o el toreo.