Tal y como hiciera hace dos años, en 2012, la Infanta Elena (que el año pasado fue sustituida por la Reina Sofía) ha acudido a la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli para venerar al Cristo de Medinaceli.
Desde hace más de 300 años un miembro de la Familia Real acude el primer viernes del mes de marzo a la Basílica. En este caso la hija de mayor de los Reyes lo ha hecho tras regresar de Atenas, donde ha estado junto al resto de su familia recordando al Rey Pablo de Grecia por el 50 aniversario de su muerte.
La Infanta Elena cumple con la tradición
Antes de entrar en la Basílica, doña Elena se interesó por el estado de un hombre que estaba siendo atendido por los sanitarios tras sufrir un ataque epiléptico minutos antes de la llegada de la Duquesa de Lugo.
Una vez informada de su estado de salud, la Infanta ha sido recibida por el superior provincial de la Comunidad de Padres Capuchinos, padre Benjamín Echeverría; el superior de la Comunidad de Padres Capuchinos, padre Carlos Coca; el padre Gregorio Blanco, y una representación de la Cofradía de Jesús de Medinaceli.
Tras saludar a los feligreses que se agolpaban a la entrada del templo, doña Elena ha caminado hasta el altar de la nave central donde se encuentra el Cristo de Medinaceli. Y, tras besarle el pie, permaneció unos minutos de pie ante él.