Aunque la separación de hecho de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin tuvo lugar en enero de 2022, cuando se conoció que él estaba con Ainhoa Armentia, la de derecho no termina de llegar. Se esperaba que el divorcio se firmara a partir del 5 de junio de 2023, cuando su hija Irene Urdangarin alcanzó la mayoría de edad, pero la falta de acuerdo lo retrasó todo.
Tras las vacaciones de verano de 2023, parece que las negociaciones se han encarrilado y que el final del matrimonio está cerca. Como señaló el periodista Juan Luis Galiacho, uno de los principales problemas que impedían cerrar el acuerdo era el reparto de los bienes inmuebles.
El exjugador de balonmano quería la casa de Bidart, algo lógico teniendo en cuenta que si se adquirió una propiedad allí fue porque la familia Urdangarin se reúne en vacaciones en este enclave del País Vasco Francés. Además, le queda cerca de Vitoria, donde reside, y sería perfecto para reunir a sus hijos en verano y poder pasar tiempo con Ainhoa Armentia el resto del año.
Sí a Bidart y a la pensión
Finalmente Cristina de Borbón habría cedido con Bidart, pero no con otra exigencia de Urdangarin que de ser cierta no tiene ningún sentido. Al exjugador de balonmano le gustaba ir a Baqueira, donde los Borbón y Grecia tienen a su disposición una casa en La Pleta. Separado de la Infanta Cristina, su presencia allí no tenía sentido, a lo que se une que no se trata de una propiedad, sino de una cesión. Por ello, que Iñaki Urdangarin hubiera solicitado una casa que ni es suya, ni es de la Infanta Cristina, carecería de sentido.
El citado periodista añadió que el inventario se ha cerrado y ya está repartido todo lo que se podía repartir. Ambas partes estarían por fin de acuerdo, lo que incluiría una cantidad para Urdangarin de 2 millones de euros, de los que habría recibido la mitad. Galiacho insiste además en que la pensión compensatoria que se lleva Urdangarin es de 25.000 euros mensuales.