Ahora, las circunstancias han cambiado. El pasado domingo 17 de junio, Iñaki Urdangarin se despidió de su familia y viajó a Madrid. Al día siguiente, concretamente a las 08:13 horas del lunes 18 de junio, el exjugador de balonmano entraba en la cárcel de Brieva para cumplir los 5 años y 10 meses de condena que le confirmó el Tribunal Supremo el pasado 12 de junio. Al día siguiente, fecha en la que Cristina de Borbón cumplía 53 años, la Audiencia de Palma entregaba en persona a Urdangarin el mandamiento de prisión, donde le daba 5 días para cumplir la orden. Su mundo se derrumbaba.
La desolación de la Infanta Cristina
Las últimas imágenes de Iñaki Urdangarin fueron tomadas a su llegada a Madrid. Desde entonces, no se ha vuelto a captar al yerno de Juan Carlos I. En el caso de la Infanta Cristina, no había sido vista en unos días, aunque sí había trascendido que lo estaba pasando muy mal al haber tenido que separarse de su marido por algo tan grave, pero no había fotos, hasta ahora.
Cristina de Borbón fue captada por los reporteros gráficos cuando paseaba por las calles de Ginebra, ciudad en la que trabaja y donde reside desde 2013 con sus hijos, y hasta hace pocos días, también con su marido. No hubo sonrisas de Infanta, tan solo un gesto serio y triste que intentó camuflar con unas gafas de sol al ver la presencia de los paparazzi. Nada puede esconder que está hundida.
La Infanta Cristina está desolada por haber tenido que separarse del hombre al que ama desde hace dos décadas, pero además sigue creyendo que es inocente, por lo que la condena se le hace más cuesta arriba todavía. Le quedan las visitas, ya que aunque le han recomendado que no vaya, le resultaría muy doloroso no viajar a España para ver a su marido, ya no por ella misma, sino por Urdangarin, que ahora la necesita más que nunca.