Mucho se ha hablado, especulado, confirmado y dejado de confirmar sobre si el Rey Juan Carlos tiene relación con su hija mediana, la Infanta Cristina. Parece que pese al daño que ha causado a la Casa Real (junto a su marido) por el comportamiento no ejemplar que le va a llevar a juicio, para el Rey emérito, su hija sigue siendo su hija.
El rey Juan Carlos ha viajado este martes a Barcelona en AVE, llegó a mediodía a la ciudad condal y se desplazó al Real Club Náutico para comer junto a uno de sus mejores amigos, el empresario Josep Cusí, que estaba acompañado por su esposa. La pareja se marchó hacia las 17:00 horas, dejando a Juan Carlos de Borbón libre para la visita que le esperaba: su hija Cristina.
Como ha desvelado Mariángel Alcázar, hacia las 17:30 horas se produjo un encuentro entre padre e hija que se prolongó durante 45 minutos, y en el que se desconoce qué se dijeron el uno al otro tras mucho tiempo sin verse, al menos, que se sepa.
Una vez finalizada la reunión, ambos salieron del Náutico por separado, y parece que la Infanta Cristina habría regresado a Ginebra, mientras que el Rey Juan Carlos se desplazó al hotel en el que iba a pernoctar, ya que se quedaba en Barcelona porque tenía otra cena con amistades.
Negocios y placer
De este modo, la Infanta Cristina corona un viaje a España que ha resultado muy fructífero para ella. la Infanta Cristina viajó primero a Barcelona, donde pasó el jueves y el viernes acompañada por su hijo Juan. El motivo de su visita fue pasar por La Caixa, y además prorrogar la venta de la casa de Pedralbes dos meses. La Duquesa de Palma logró para ello alcanzar un pacto con la sociedad que adquirió la propiedad.
Una vez en Madrid, se alojó en el Palacio de La Zarzuela. El sábado por la mañana se fue de compras a un centro comercial de La Moraleja con su prima segunda Cristina de Borbón Dos-Sicilias y una hija de esta, quien por la noche le invitó a su cumpleaños.