El pasado 7 de enero, el juez José Castro daba un nuevo golpe a Casa Real, imputando a la Infanta Cristina por el caso Nóos. Mientras que doña Cristina se trasladaba de inmediato desde Ginebra a España para hablar con sus abogados, las redes sociales comenzaban a arder, con muchas opiniones temiéndose que la infanta no llegaría a pisar un tribunal.
La fecha de la declaración está fijada para el 8 de marzo, pero la infanta ha pedido que se adelante en la medida de lo posible. Casa Real ha valorado de forma muy positiva la decisión de doña Cristina, y el jefe de Zarzuela, Rafael Spottorno, ha explicado que servirá para acortar "el martirio", según recoge El País.
Fe y amor
A pesar de las buenas intenciones de doña Cristina a la hora de facilitar el proceso, las críticas no han dejado de sucederse en las últimas horas. De poca ayuda han servido las declaraciones de uno de los abogados de la infanta, que aseguró que doña Cristina actuó "por su fe en el matrimonio y el amor por su marido".