La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han estado casados durante 24 años. Tienen cuatro hijos y han compartido casi la mitad de su vida juntos. Está claro que por muy dolida que pueda estar Cristina de Borbón con todo lo ocurrido y por muchas ganas que tenga el exjugador de balonmano de disfrutar de una nueva vida marcada por su libertad condicional y en compañía de Ainhoa Armentia, tienen mucho de lo que hablar.
Así, se produjo otro encuentro entre ambos. Sucedió el martes 22 de marzo de 2022 en Ginebra, ciudad suiza en la que reside la Infanta Cristina desde 2013, y donde también vivió Urdangarin hasta su entrada en prisión en junio de 2018. Eran las 12:00 horas del citado día cuando un testigo les vio juntos en los alrededores del lago Leman, en Ginebra.
Junto al lago Leman
" Pasé por la calle donde está el lago y allí los dos andando. Luego ella se metió en el hotel. Es un paseo que todo el mundo va, pero está un hotel que va todo gente de dinero que yo no sé si ella vive allí porque ella entró y él la esperaba", señaló la testigo a 'Sálvame'.
Que se vean no es raro, pero sí resulta desconcertante el gesto que pudo ver esa persona: " Estaban andando juntos cogidos de la mano. En Suiza, en Ginebra, la gente no se atreve a molestar a la gente conocida. Yo lo conocí pero porque soy española, porque la gente ni se inmutaba".
"Iban andando como dos compañeros o dos amigos. Yo diría más bien hablando de los hijos", finaliza. Pero, ¿cogidos de la mano? Precisamente este fue el gesto con el que se dio por hecho que Urdangarin estaba con Ainhoa Armentia. No parece que sea una reconciliación, y si se cogieron de la mano sería más por cariño que otra cosa, pero sí resulta llamativo. La parte positiva es que parece que frente al dolor o la decepción, han primado otros sentimientos más positivos.