25 años de amor y cuatro hijos en común
La Infanta Cristina, segunda hija del Rey Juan Carlos, conoció a Iñaki Urdangarin, entonces jugador de balonmano y miembro de la selección española de este deporte, en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. El 3 de mayo de 1997 se celebró la pedida de mano en los jardines del Palacio de La Zarzuela, y el 4 de octubre de ese mismo año se casaron en una boda celebrada en Barcelona con 1500 invitados.
Cristina de Borbón y el exjugador de balonmano tuvieron cuatro hijos. El mayor, Juan, nació el 29 de septiembre de 1999. El segundo, Pablo, vino al mundo el 6 de diciembre de 2000. El tercero fue Miguel, nacido el 30 de abril de 2002, mientras que la pequeña es Irene, a quien los Urdangarin de Borbón dieron la bienvenida el 5 de junio de 2005 para completar la alegría de esta familia numerosa.
La pareja vivió feliz con su familia en Barcelona hasta 2009, fecha en la que se mudaron a Washington cuando Urdangarin aceptó un puesto de Telefónica en Estados Unidos. Se alejaba así a la familia de un escándalo del que se empezaba a oír a hablar todavía en bajo. Entonces seguían mostrando la imagen de una aparente perfección que no era tal. Vivieron allí hasta 2012, cuando regresaron a Barcelona, a su casa de Pedralbes. En 2013, se marcharon a Ginebra, esta vez por motivos profesionales de la Infanta Cristina, que fue fichada para coordinar proyectos entre las funciones del Aga Khan. Ella ya no se movió de allí, no así Urdangarin, que tras un juicio en 2016 en el que también fue acusada la Infanta Cristina, fue condenado y entró en la cárcel de Brieva (Ávila) el 18 de junio de 2018.
La vida comenzó a mejorar para Urdangarin con un voluntariado en Hogar Don Orione que le permitía salir de la cárcel tres veces por semana y que comenzó en septiembre de 2019. En 2021 se despidió de Brieva para pernoctar brevemente en el Centro de Inserción Social Melchor Rodríguez García de Alcalá de Henares. Logró el tercer grado y cambió este lugar por la prisión de Zaballa, en Álava, instalándose en casa de su madre en Vitoria cuando no tenía que dormir en la cárcel.
Logró un trabajo en el despacho de abogados Imaz&Asociados, y dejó atrás tener que dormir en la cárcel de lunes a viernes. Gracias al control telemático, no tuvo que volver a la cárcel. Comenzaba una vida mejor para él en la que estaba la Infanta Cristina, que viajaba con mucha asiduidad a España para reencontrarse con su marido. Las cosas cambiaron gracias a la nueva vida de Urdangarin, que se enamoró de una compañera de trabajo, Ainhoa Armentia, relación conocida por todo el mundo a partir de enero de 2022 y que el propio Urdangarin confirmó a su modo al día siguiente a las puertas de su lugar de trabajo.
Y así, cinco días después de que toda España y parte del mundo viera que Iñaki Urdangarin estaba con otra mujer, llegó el comunicado que tenía que haberse producido antes de que saltara el escándalo si Cristina de Borbón ya era conocedora de esta relación. Por mucho que no forme parte de la Familia Real, sigue siendo una Infanta de España, y el final de su matrimonio debía anunciarse vía comunicado.