El 3 de abril de 2013 amaneció como un día más, pero ya nada será igual para la Familia Real Española después de que uno de sus miembros, la Infanta Cristina, haya sido imputado en la pieza separada del Caso Palma Arena relativa a la trama Nóos.
De este modo podrá explicarse ante al juez, aunque será como imputada, pues más allá de cualquier prueba, Doña Cristina no podría haber sido llamada como testigo por estar imputado su marido, Iñaki Urdangarín.
La renuncia, una salida para dejar de dañar a la Corona
En ese sentido, y yendo del plano judicial al institucional cabría la posibilidad de que se acelerara a partir de ahora la opción más comentada en los últimos meses, la renuncia de la Infanta Cristina a sus derechos, pues cabe señalar que a día de hoy, Doña Cristina de Borbón y Grecia ostenta el séptimo lugar en la línea de sucesión y es miembro de la Familia Real de pleno derecho, aunque esté apartada de facto de los actos oficiales.
Y es que aunque el mal ya está realizado, el hecho de que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín sean miembros de la Familia Real Española, (con todo lo que ello implica) y se encuentren imputados es dañino para la Corona que ostenta el Rey Juan Carlos I de España y que aspira a heredar algún día el Príncipe Felipe.