La visita de la Infanta Cristina a España no solo fue por asuntos profesionales derivados de su trabajo en la Fundación La Caixa, sino que también estuvo motivada por el deseo de visitar a la Familia Real y contar con su apoyo.
Cuando el Rey se enteró "la llamó por teléfono a Washington y ella por tres veces se negó a ponerse al teléfono". A partir de entonces la Infanta cayó "en un estado depresivo, lloraba y las tensiones con el duque de Palma llegaron al máximo", según señala al escritora.
La Infanta Elena no apoya a los duques de Palma
"He adelgazado 8 kilos y estoy pasando la peor época de mi vida", comentó la Infanta Cristina durante la cena convocada en Barcelona por el Institut de Salut Global, donde no quiso hablar del 'Caso Urdangarín' aludiendo que ella de esos temas "no sabía nada".
La Reina Sofía, el único apoyo que tienen los duques de Palma en la Familia Real, ejerció de mediadora entre el Rey y la Infanta, pues pese a que en un principio le transmitió que no era conveniente, finalmente accedió a hablar con él para convencerle. Una vez en Palacio, Doña Cristina tuvo una reunión fría con el Rey y con la Infanta Elena, que al igual que los Príncipes Felipe y Letizia no apoya a su hermana.