Iñaki Urdangarin cumplió en junio de 2018 un año desde que ingresara en prisión y en unos meses puede que pueda caminar lejos de su celda. Tal y como informa la periodista Pilar Eyre, está previsto que al marido de la Infanta Cristina se le conceda el próximo 18 de diciembre de 2018 el segundo grado. Esta nueva condición le permitirá pasar los días fuera de la cárcel, pero sí tendrá que regresar para dormir entre rejas.
Lo que no está muy claro es dónde residirá Urdangarin de conseguir este primer permiso: "¿Dónde? No en Zarzuela, evidentemente, la Casa Real lo considera un elemento altamente tóxico. Tampoco en Barcelona, ya que los responsables carcelarios no van a permitir que un Borbón consorte se aloje en sus prisiones", afirma Eyre. Es tal el rechazo que la Familia Real siente hacia el ex Duque de Palma, que afecta también en las relaciones con la Infanta Cristina: "Son momentos complicados también para la Infanta Cristina, que en el fondo teme regresar a España, puesto que aquí no podrá contar con la protección que le ofrecen las autoridades suizas".
La solución al problema, como apunta la periodista, sería que Urdangarin se trasladara a Álava: "Una de las posibles soluciones sería que Iñaki pidiera el traslado a la prisión de Álava, Zaballa, la antigua Nanclares de Oca. Es la más moderna de España y las celdas son muy amplias. Pasaría la jornada en casa de su madre, incluso la Infanta podría alquilar un piso, hay que tener en cuenta que gran parte de su trabajo se realiza online".
La mala relación con Casa Real
"En la actualidad, se mantienen conversaciones frenéticas entre abogados, Casa Real, Cristina y su marido, ¡y saltan chispas!", confirma Pilar Eyre en su artículo en Lecturas. "El caso Urdangarin es un auténtico dolor de cabeza para la monarquía. Iñaki está saldando su deuda con la sociedad, pero, al parecer, no es suficiente", añadía. En 2021 y si el comportamiento de Urdangarin sigue siendo intachable, se le concedería el tercer grado. Este permiso le obligaría a llevar una pulsera telemática para localizarlo en todo momento, pero le permitiría vivir fuera de la cárcel entre semana, volviendo solo a dormir a su celda los fines de semana.