El marido de la Infanta Cristina ha vuelto a sus labores de voluntariado, algo que seguro que es positivo para él.
No han sido tiempos fáciles para nadie en España, y aunque Iñaki Urdangarin esté en prisión y haya visto en los últimos dos años su libertad muy reducida, se ha menguado debido a la crisis del coronavirus. Debido al estado de alarma ha visto cómo se ha quedado sin las visitas de sus familiares y cómo además se ha quedado sin los permisos con los que podía disfrutar de planes familiares.
Por suerte ha podido retomar una de sus mayores distracciones, que son sus labores de voluntariado en el centro Don Orione, lugar al que no acudía desde marzo de 2020. Según han informado fuentes penitenciarias, volvió a la rutina a principios de julio, justo en el momento en el que se han cumplido dos años desde que ingresó en la prisión de Brieva, en Ávila. Por otro lado, ha pasado mucho tiempo solo, puesto que no hay más hombres presos y no ha contado con las visitas, por lo que su contacto con otros humanos ha sido prácticamente inexistente. Por eso volver al voluntariado seguro que es un aspecto muy positivo, porque se puede relacionar con otras personas y puede ayudar a los demás.
A su salida del Hogar Don Orione, ha aparecido relajado, ha saludado a la prensa como ha ocurrido ne otras ocasiones y se ha dejado barba, cambiando en cierto modo su aspecto. Por lo pronto, seguro que su vista está puesta en la próxima salida que pueda realizar, pero en forma de permiso. Se reencontrará pronto con su familia
Su suerte se truncó porque antes del confinamiento tenía previsto disfrutar de un permiso penitenciario, pero no pudo ser por las medidas tomadas por el estado de alarma. Cuando consiga el permiso, podrá volverse a reencontrar con su mujer y sus hijos, y lo más probable es que viaje hasta Vitoria para también ver a su madre, a sus hermanos o a sus sobrinos.