Parece que ser el único hombre en una cárcel de mujeres le está haciendo mella al cuñado de Felipe VI. Según parece el marido de la Infanta Cristina está comenzando a pensar que haber elegido la cárcel de Brieva en Ávila ha sido una mala decisión. Aunque al principio pareciera que esa prisión podía ofrecer al preso grandes ventajas logísticas, parece que no tuvieron en cuenta que el ser humano es un animal social y esto le está pasando factura a Iñaki Urdangarin según Informalia.
Al ser una cárcel de mujeres el convicto está aislado en un módulo de la prisión abulense y las únicas visitas que recibe son las de su mujer, la Infanta Cristina, sus hijos y algunos otros familiares. Aunque estas visitas alivien la soledad que siente Iñaki Undargarin es un remedio momentáneo, y es que el exdeportista vasco está sumido en una profunda depresión debido a este motivo. Esta es la principal causa de que tanto el afectado como su familia se estén planteando pedir un traslado de prisión.
En la última semana de febrero de 2019, cuando el condenado ya cumple algo más de 8 meses de prisión, ha solicitado a la Junta de Tratamiento de la cárcel de Ávila que le concedieran al encarcelado el régimen abierto, es decir el tercer grado, con el que podría salir de la prisión de forma más recurrente. Pero la votación de la Junta finalizó con un resultado de cinco votos en contra frente dos a favor de darle este tipo de régimen, por lo que el yerno del Rey Emérito Juan Carlos I no podrá salir de momento de prisión.
La espera se alarga
Urdangarin ha recurrido la decisión tomada por la Junta de Tratamiento a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, y en el caso de que esta también se lo deniegue, podría acudir en última instancia al juez de vigilancia penitenciaria. De momento Iñaki Urdangarin tendrá que esperar a completar un cuarto de su condena - cinco años y diez meses -para poder recibir su primer permiso de salida de la prisión.