Han sido 6 años de pesadilla, y lo peor es que todavía no ha acabado. Iñaki Urdangarin fue investigado, imputado, juzgado y condenado, lo mismo que la Infanta Cristina, solo que ella salió absuelta. El exjugador de balonmano sigue confiando en su inocencia, y por eso recurrió al Supremo la condena de 6 años y 3 meses que le impuso el Tribunal que juzgó el Caso Nóos.
Iñaki Urdangarín entra a declarar junto a la Infanta Cristina en la decimotercera sesión del juicio por el Caso NóosAnte el recurso de la Fiscalía, que pide que se revise la condena, sí, pero para subirla hasta los 10 años de cárcel. Así, y pese a que el marido de la Infanta Cristina se ha presentado como un 'amigable componedor' libre de culpa, todo apunta a que, más o menos tiempo, pero el cuñado del Rey irá a la cárcel.
Así, el matrimonio Urdangarin de Borbón ha empezado a actuar para que el fallo del Supremo no les pille con el paso cambiado y llevan una temporada buscando a un abogado especializado en Derecho Penitenciario. Como señala LOC, han puesto el ojo en una letrada de Barcelona, de la que quieren que tramite desde la cárcel en la que estará hasta los permisos carcelarios que pudiera tener.
Nunca ha hecho caso a la Casa Real
Lo curioso es que los que fueran Duques de Palma han llevado estas consultas al margen de la Casa Real, con la que la enemistad es evidente desde el minuto 1. Ni el Rey ni nadie de su Casa han sido informados sobre estos movimientos, siguiendo la línea llevada por Iñaki Urdangarin desde el principio, cuando desoyó lo consejos de la Institución y contrató los servicios de Mario Pascual Vives en vez de los del penalista Horacio Oliva.
Iñaki Urdangarín en la primera sesión del juicio por el Caso NóosEn el caso de Cristina de Borbón, ella se dejó aconsejar y por eso fue defendida por Miquel Roca, uno de los padres de la Constitución y persona cercana al Rey Juan Carlos I. Por el momento, l a Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin siguen tranquilos en Ginebra. Ella sigue trabajando por partida doble, mientras él se prepara para lo inevitable
