Iñaki Urdangarín no solo ha sido apartado por la Casa Real de los actos oficiales de representación a la Corona y de la sala de la Familia Real en el Museo de Cera sino que podría perder también su trabajo en Telefónica.
Según informa El Confidencial, César Alierta, presidente de esta empresa, está esperando a que el Rey Don Juan Carlos le pida que destituya al Duque de Palma, pues mientras no reciba instrucciones de Su Majestad seguirá desempeñando su labor como consejero de la compañía para Latinoamérica y Estados Unidos.
La cúpula de la multinacional española está preocupada por la mala imagen que puede estar dando tener a Urdangarín en nómina, que pese a que todavía no está imputado y por tanto no tiene que rendir cuentas ante la Justicia, está protagonizando el mayor escándalo al que se ha visto sometida la Monarquía en España desde su restauración en 1975.
Urdangarín en Telefónica, una cuestión de Estado
Sin embargo, el Duque de Palma, que vive sus momentos más amargos, podrá respirar tranquilo y continuar con su trabajo mientras el Rey lo estime oportuno, pues como su contratación fue una petición del Rey, "una cuestión de Estado", como recuerda esta publicación, su cese también debe venir indicada por Su Majestad.
Y es que Casa Real 'instó' a Urdangarín a dejar la presidencia del Instituto Nóos en 2006 tras constatar que sus negocios no eran limpios ni claros, además de no considerarlo adecuada como miembro de la Familia Real. Poco después, Iñaki y Diego Torres formaron una nueva fundación sin aparente ánimo de lucro, entidad que permaneció el tiempo que Casa del Rey tardó en comprobar que tampoco cumplió los requisitos necesarios.
Es aquí cuando la Corona habló con el presidente de Telefónica, César Alierta, para que situara al Duque de Palma en un buen puesto, petición que se materializó ese mismo año al conseguir un empleo como consejero de Telefónica Internacional en Barcelona, ciudad en la que residía junto a la Infanta Cristina y sus hijos. En 2009, los Duques de Palma y su familia se trasladaron a Washington para afrontar el nuevo destino laboral de Urdangarín en Telefónica, alejándose así de la primera línea mediática, donde ha permanecido durante 2 años.