La declaración, que según ha anunciado el juez José Castro no se prolongará más allá de este sábado 25 de febrero aunque todo depende de cómo evolucione, ha servido para que Iñaki Urdangarín dé su versión de los hechos, se defienda y aporte claridad a la trama 'Nóos'. Por su parte, Don Iñaki está protagonizando una declaración larga, pues ha sido claro y minucioso en sus respuestas según los testigos presentes.
Urdangarín se reunió en Marivent con Matas y Pepote
A lo largo de la extensa comparecencia, el Duque de Palma ha cargado con el que fuera su socio en el Instituto Nóos y presunto cerebro de la trama, Diego Torres, pues señaló que él no era quien decidía en materia de contratación porque no era administrador, además de señalar que no es experto en contratación pública. Asimismo, ha respondido a algunas preguntas en ese sentido asegurando que no sabe nada, culpando de ese modo a Torres, quien se negó a declarar cuando fue citado como imputado.
El Duque ha reconocido ser administrador de Aizoon -y solo de Aizoon-, la empresa que comparte al 50 por ciento con la Infanta Cristina. En ese sentido ha explicado que el papel de Doña Cristina era puramente testimonial, desvinculándola así de cualquier vínculo con la trama que se investiga. Siguiendo en la línea familiar, Castro ha inquirido al Duque de Palma por la empresa Namaste S.L. en la que sus hijos aparecían como socios, a lo que contestó que le hacía ilusión tener una empresa familiar.
En la comparecencia, Iñaki Urdangarín ha tenido que explicar su papel en el entramado societario formado por Nóos Consultoría Estratégica, Virtual Strategies, Shiriaimas y Aizoon S.L. y ha reconocido ante el juez José Castro que Casa del Rey instó al Duque de Palma a que abandonase sus negocios privados al frente del Instituto Nóos, citando como fecha marzo de 2006. Pese al empeño de Iñaki Urdangarín, que no estaba dispuesto a dejarlo todo así como así, Casa Real consiguió que dejase sus actividades privadas y tras la intercesión del Rey, el Duque de Palma obtuvo un trabajo en Teléfónica en 2006. Tres años después aceptaba un puesto de la misma empresa para Washington, por lo que los Urdangarín de Borbón se traslaron a la capital de Estados Unidos.
Iñaki Urdangarín entró a declarar andando
Iñaki Urdangarín entraba este sábado 25 de febrero minutos antes de que el reloj marcara las 09:00 horas. Entre gritos y abucheos de los manifestantes congregados en la calle Parellades, el Duque de Palma ha caminado los en torno a 35 metros que separan esta vía de las puertas del juzgado junto a su abogado y portavoz oficial, Mario Pascual Vives. Una vez en el recinto, Iñaki Urdangarín, impecablemente vestido aunque con gesto serio, se ha parado para realizar unas declaraciones ante los medios congregados.
Durante algo menos de medio minuto de comparecencia, el Duque de Palma ha señalado: "Comparezco hoy para demostrar mi inocencia, mi honor y mi actividad profesional. Durante estos años he ejercido mis responsabilidades y he tomado decisiones de manera correcta con total transparencia. Mi intención en el día de hoy es aclarar la verdad de los hechos y estoy convencido de que la declaración de hoy contribuirá a demostrarlo. Muchísimas gracias a todos, muchísimas gracias por su atención".
Una vez finalizada su declaración ante los medios de comunicación, el Duque ha entrado al juzgado para enfrentarse a su comparecencia ante el juez José Castro, magistrado que le imputó en los delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, fraude y falsedad documental
Iñaki Urdangarín declara ante el juez José Castro
Una vez en la sala de visitas F, una estancia de en torno a 20 metros cuadrados, Iñaki Urdangarín se sentó en una silla frente a José Castro, magistrado que le imputó y titular del juzgado número 3, quien tiene tras de sí un retrato de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de España.
Junto a Castro estaban sentados el secretario judicial y la persona encargada de transcribir la declaración de Urdangarín, pues se aceptó la petición de que no se grabase la comparecencia del Duque de Palma ni en audio ni en vídeo, por lo que sus palabras han sido recogidas en papel y registrado en soporte informático.
A la derecha de Don Iñaki se han sentado Virginia López, de Manos Limpias, Antonia Perelló, responsable de la Abogacía de Baleares y los fiscales de Anticorrupción de Baleares Pedro Horrach y Juan Carrau, ambos vinculados al Caso Palma Arena. A la izquierda han estado Antonio Alberca, letrado de Jaume Matas, Manuel González-Peeters, abogado de Diego Torres, Ángel Aragón, letrado de Pepote Ballester, y finalmente Mario Pascual Vives, portavoz oficial del Duque de Palma.
Protestas contra Iñaki Urdangarín y la Familia Real
En torno a 500 personas se agolparon en los alrededores del juzgado para esperar al Duque de Palma. Muchos de ellos han proferido gritos de protesta contra la persona de Iñaki Urdangarín, aunque salvo una mujer de 60 años que ha lanzado huevos al vehículo del Duque, ningún otro manifestante ha intentado agredir físicamente al esposo de la Infanta Cristina. Asimismo, mientras Don Iñaki declaraba ha ocurrido un incidente entre algunos manifestantes y la Policía que no ha tenido mayores consecuencias.
No obstante, algunos de estos convocados han lanzado consignas en favor de la proclamación de la República, contra la Familia Real Española en su conjunto y contra el propio Duque. Algunos de ellos han aparecido con caretas de miembros de la Primera Familia y con carteles en los que se podía leer 'Nóos forramos'. Destacó también una mujer ataviada con un disfraz de preso que portaba un cartel que señalaba: "Iñaki noos vemos en tu nuevo palacete. Tu nuevo socio".
Por otro lado, la Infanta Cristina se ha erigido en el gran apoyo de Iñaki Urdangarín pues fue previsiblemente la persona que medió con el Rey para que finalizara la política de aislamiento contra el Duque de Palma a raíz del 'Caso Urdangarín' por parte de la Casa Real. Además, la Infanta voló a Madrid para estar con su marido, con quien se alojó en el pabellón de invitados de Zarzuela, antes de partir a Palma de Mallorca e instalarse en el Palacio de Marivent, donde se asentarán hasta que su presencia deje de ser requerida en la capital balear.