Iñaki Urdangarin está viviendo su primer verano desde que se diera a conocer su separación de la Infanta Cristina y comenzase una nueva relación con Ainhoa Armentia. En cambio, parece que algo ha ocurrido en la vida del que fuera Duque de Palma tal y como demuestran las imágenes que ocupan este miércoles 17 de agosto la portada de la revista Diez Minutos. En una larga conversación con su novia, el excuñado del Rey Felipe VI llora desconsoladamente en el interior de su coche en plena calle y sin importarle ser visto.
Todo ocurrió unos días atrás, tal y como explica el mencionado medio, cuando Urdangarin acudió a la puerta del despacho en el que él trabajó hasta no hace mucho y en el que todavía sigue trabajando su pareja. Acompañado de sus escoltas, estos últimos hicieron guardia en la puerta del edificio hasta el Armentia salió y se metió en el coche con su pareja.
Ni siquiera Armentia podía sofocar sus lágrimas
Lejos de ser un momento tranquilo como otro cualquiera, en el interior del vehículo se produjo un tenso momento cuando el exdeportistas empezó a contarle algo a su pareja con el rostro serio y haciendo aspavientos, algo que denotaba nerviosismo y preocupación por su parte. La situación era tal que Urdangarin acabó llorando desconsoladamente mientras Armentia intentaba calmarlo sin resultado alguno.
Tal y como recoge el mencionado medio, la conversación entre la pareja duró algo más de 20 minutos durante los cuales Urdangarin se pasó la mayoría llorando. Posteriormente, Armentia se bajaba del coche y realizaba una llamada al mismo tiempo que Urdangarin se iba en el interior del coche. ¿El motivo de todo lo ocurrido? Se desconoce totalmente.
Unas lágrimas que sorprenden especialmente porque la pareja podría estar a punto de vivir un bonito momento. Este mismo viernes 19 de agosto se celebra en Estados Unidos la boda de Iñaki Flood, hijo de Cristina Urdangarin. Un evento al que Urdangarin y Armentia podría acudir como pareja para celebrar el amor junto al resto de la familia y lo suficientemente lejos como para sentirse vigilados por la prensa.