Una gran alegría
El gran día comenzó con la inauguración de un nuevo edificio en Volvo Construction Equipment en Arvika, Värmland, que forma parte de la conversión a electrificación de la fábrica principal. La Princesa Sofia lució para la ocasión un jersey blanco holgado con el que se sintió cómoda a pesar de que todavía no se nota que está en estado de gestación. Completó su look con un pantalón negro y un chal que se puso para estar un poco abrigada.
Posteriormente, la pareja se desplazó al Museo Rackstad de Arvika, donde fue recibidos en el jardín con una actuación musical por parte de la Academia de Música de Ingesund. Seguidamente disfrutaron de un almuerzo allí mismo, para después conocer a los niños que participan en los talleres del museo, donde les regalaron un imán con forma de corazón.
Finalizado su paso por el museo, se trasladaron a Morokulien, parque situado en la frontera entre Suecia y Noruega, donde recibieron información sobre cuestiones fronterizas y la cooperación fronteriza entre Suecia y Noruega. Precisamente hacía solo unos días que la pareja había estado en el país vecino, concretamente en Geiranger, donde asistieron a la boda de Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett.
El hijo mediano del Rey Carlos XVI Gustavo y su esposa se acercaron al Monumento a la Paz, erigido para conmemorar los cien años de paz entre Noruega y Suecia, y plantaron un árbol. Después, viajaron a Karlstad para una cena ofrecida por el gobernador de Värmland en su honor. Después de la cena, se retiraron a dormir a la zona de la casa del gobernador destinada para los invitados reales.