La relación entre suegra y nuera nunca fue idílica, pero con el paso de los años han logrado llevarse bien.
La Familia Real Española no es la única que tiene que hacer frente a libros que repasan en sus vidas y no les dejan en bueno lugar. Los Windsor están temblando por 'Rebel Prince: The Power, Passion and Defiance of Prince Charles' que ha escrito el periodita Tom Bower, y del que se han ido conociendo detalles de la vida del Príncipe Carlos, no siempre positivos.
Uno de los pasajes repasa su relación con Camilla Parker Bowles, o mejor dicho, de cómo se tomó la Reina Isabel su escandaloso romance. En un primer momento, la Monarca se llevaba bien con Camilla, ya que su marido, Andrew Parker Bowles, era ahijado de la Reina Madre, por lo que la pareja se codeaba con la Familia Real. Sin embargo, todo cambió cuando Isabel II se enteró de que el romance de juventud entre el Príncipe de Gales y la esposa de Andrew Parker Bowles seguía adelante. La Reina decidió vetarla y no volvió a Buckingham Palace durante una buena temporada.Llegó Lady Di, y erróneamente, los Mountbatten-Windsor pensaron que Camilla Parker era cosa del pasado, pero pronto fueron tres en el matrimonio. La Princesa Diana estaba destrozada, y la Reina veía con desagradado cómo sus nietos, uno de ellos llamado a ser Rey, creían en un hogar lleno de desdicha. Los años fueron pasando, se separó de Lady Di y después llegó el divorcio, pero nada había cambiado. El 31 de agosto de 1997 moría Diana de Gales en un trágico accidente, lo que podía allanar el camino para el amor de Carlos y Camilla, pero que también desencadenó una oleada de odio contra la Familia Real en general y contra la pareja en particular.
Cuando las aguas se calmaron, el Príncipe de Gales habló con su madre aprovechando unas vacaciones en Balmoral. pretendía que aceptara por fin a Camilla Parker ahora que Lady Di ya no estaba. La Princesa Margarita estaba de parte de su sobrino e intentó, sin éxito, hacer entrar en razón, así que el Príncipe de Gales tomó la determinación de hacerlo él mismo. En 1998, aprovechó unas vacaciones en Balmoral para hablar con la Reina, a la que pidió que cesara su hostilidad, y si al menos no la quería, que no fuera un obstáculo para su relación. Isabel II contestó que ni toleraba el adulterio, ni perdonaba a Camilla, no quería saber nada de ella por mucho que estuvieran viviendo juntos, algo que desagradaba tanto a Isabel II y a la Reina Madre. En el año 2000, aprovechó las celebraciones por el 60 cumpleaños de Constantino de Grecia para invita a Camilla Parker. La Monarca aceptó que no estuviera, pero no quiso saludarla. El deshielo empezó en 2002 con la muerte de la Reina Madre. Isabel II se ablandó al escuchar a su heredero hablar públicamente de la difunta, así que permitió que fuera al funeral. Cuando llegaron las celebraciones del Jubileo de Oro, la Jefa del Estado invitó a la novia del Príncipe de Gales, y finalmente, dio su permiso para que se casaran en 2005.
Los años han pasado, y aunque no era su mejor opción, ha tolerado a la Duquesa de Cornualles por el bien de su hijo y heredero. Ahora ya se llevan medianamente bien, tanto que le ha hecho miembro de la Real Orden Familiar de la Reina Isabel II y Dama Gran Cruz de la Real Orden Victoriana.