Huevos al grito de "no mi Rey"
De entre los vítores y alabanzas a Carlos III despuntó un manifestante que, camuflado entre la ciudadanía, lanzó tres huevos al nuevo Monarca británico y su esposa. Además, aprovechó la ocasión para gritar que "este país fue construido sobre la sangre de los esclavos", añadiendo también "no mi Rey". Gracias a la labor de los guardaespaldas y los oficiales de Policía que custodiaban al Monarca y la Reina consorte, los huevos no llegaron ni tan siquiera a rozarles, cayendo cerca de ellos en el suelo.
Después de haber abucheado a los Reyes, el manifestante fue rápidamente detenido. Mientras tanto, la gente que se había reunido para ver a la pareja real condenó el suceso, comenzado a gritar "Dios salve al Rey" o "qué vergüenza". Una de las personas clave en evitar que los huevos terminaran sobre la ropa del Rey fue la sheriff Suzie Mercer, que era una de las funcionarias que formaban parte de la comitiva que dio a bienvenida al Monarca.
La visita de Carlos III y Camilla a York
Más allá del bochornoso suceso de los huevos, la visita a York continuó con total normalidad. Los Reyes pudieron llevar a cabo la inauguración de la estatua de la Reina Isabel II, que llega a alcanzar los 2 metros de altura y supera la tonelada. Había sido diseñada con motivo de su Jubileo de Platino y fue finalizada un mes antes de su fallecimiento.
"La difunta Reina siempre estuvo atenta al bienestar de su pueblo durante toda su vida. Ahora su imagen velará por lo que se convertirá en Queen Elizabeth Square en los siglos venideros", haciendo referencia al cambio de nombre de la plaza en la que se ubica, en honor de la monarca más longeva de la historia británica.