Aunque hay muchos colectivos afectados de una u otra forma, las situaciones más dramáticas se han vivido, sin duda, en las residencias de ancianos. De ahí que, cuando comenzó el confinamiento, los hijos de los Reyes Felipe y Matilde de Bélgica decidieran aportar su granito de arena centrándose en el sector más vulnerable de la sociedad.
La Princesa Leonor fue la primera que, con el pico de la pandemia, descolgó el teléfono y sorprendió a los ancianos de una residencia de Amberes, dándoles ánimos y mandándoles toda su fuerza para poder sobrellevar un poco mejor los días confinados y sin poder recibir visitas de sus familiares y conocidos.
Los Príncipes belgas, volcados con los mayores de su país
Unas llamadas que se suman también a las horas que dedicaron al inicio del confinamiento para elaborar gofres que se distribuyeron por diferentes residencias de ancianos. Además, la Reina Matilde de Bélgica, que se ha volcado totalmente con el colectivo de mayores, acudió al inicio de la crisis a repartir tartas y flores caseras por otras tantas residencias. Cualquier gesto se agradece y cosas así sacan una sonrisa tan necesaria para sobrellevar mejor la difícil situación que se vive.