La crisis del coronavirus ha sacado la cara más solidaria del ser humano. Todos han aportado su granito de arena en la medida de lo posible para ayudar a las personas más vulnerables, tanto por edad como por todas las consecuencias derivadas de la pandemia. Unas acciones a las que también se han sumado los diferentes miembros de las Casas Reales Europeas.
Aunque hay muchos colectivos afectados de una u otra forma, las situaciones más dramáticas se han vivido, sin duda, en las residencias de ancianos. De ahí que, cuando comenzó el confinamiento, los hijos de los Reyes Felipe y Matilde de Bélgica decidieran aportar su granito de arena centrándose en el sector más vulnerable de la sociedad.
La Princesa Leonor fue la primera que, con el pico de la pandemia, descolgó el teléfono y sorprendió a los ancianos de una residencia de Amberes, dándoles ánimos y mandándoles toda su fuerza para poder sobrellevar un poco mejor los días confinados y sin poder recibir visitas de sus familiares y conocidos.
Los Príncipes belgas, volcados con los mayores de su país
Ahora sus hermanos Isabel, Gabriel y Manuel de Bélgica se han sumado a ella realizando llamadas a personas mayores que viven solas en su hogar, así como a residentes de diferentes residencias de ancianos situadas por todo el país: "Desde el comienzo de la crisis #Covid19 se han realizado más de 300 intercambios intergeneracionales para apoyar a los más vulnerables ", se ha informado desde Casa Real junto a la fotografía de los Príncipes haciendo alguna de esas llamadas.
Unas llamadas que se suman también a las horas que dedicaron al inicio del confinamiento para elaborar gofres que se distribuyeron por diferentes residencias de ancianos. Además, la Reina Matilde de Bélgica, que se ha volcado totalmente con el colectivo de mayores, acudió al inicio de la crisis a repartir tartas y flores caseras por otras tantas residencias. Cualquier gesto se agradece y cosas así sacan una sonrisa tan necesaria para sobrellevar mejor la difícil situación que se vive.