Guillermo es Príncipe de Gales oficialmente desde el 9 de septiembre de 2022, un día después del comienzo del reinado de Carlos III, que en su primer discurso como Rey entregó esta dignidad habitual para el heredero de la Corona, pero que no se obtiene automáticamente, sino por concesión del Soberano.
El Príncipe de Gales ha participado en el llamado homenaje de la sangre. El heredero se arrodilló ante su padre y realizó el juramento de lealtad. "Yo Guillermo, Príncipe de Gales, te prometo mi lealtad y te daré fe y verdad, como tu señor de la vida y el cuerpo. Así que ayúdame Dios". Ha sido el único miembro de la Familia Real Británica que ha realizado este juramento que recordó al del Duque de Edimburgo, que en la Coronación de Isabel II, el 2 de junio de 1953, se arrodilló ante Isabel II y le juró lealtad. El Príncipe de Gales tocó la Corona de San Eduardo que portaba en ese momento Carlos III y le besó en la mejilla. Emocionado, el Rey le ha dicho: "Gracias, Guillermo".
Por si fuera poco, el Príncipe Guillermo se ha levantado en otro momento cumbre, la Investidura. El Príncipe de Gales colocó al Rey Carlos la Estola Real justo antes de que se sentara en la Silla de la Coronación para ser investido, la cuarta de las cinco partes con las que ha contado la Coronación de Carlos III.
El Príncipe Harry, relegado en la Coronación
Si bien el papel del Príncipe Guillermo siempre hubiera sido mayor en la Coronación al ser el heredero, de no haberse marchado de la Casa Real Británica, el Príncipe Harry hubiera tenido mayor relevancia. Para empezar, el lugar que en el que entró. El Duque de Sussex hizo su aparición con sus primos Peter Phillips, Zara Phillips y Mike Tindall y con los York. Se vio un momento muy cómplice con Edoardo Mapelli Mozzi, marido de Beatriz de York, que charló animadamente con 'el primo Harry'.
Y para seguir, con el espacio en el que se sentó. Los asientos principales en la Abadía de Westminster fueron para los miembros de la Casa Real Británica, para los royals extranjeros invitados, por primera Reyes y no solo herederos, y para la familia de la Reina Camilla. El Duque de Sussex se tuvo que conformar con sentarse en la tercera fila. El Príncipe Harry se colocó detrás de la Princesa Ana, que además llevaba un penacho como parte del Uniforme Militar de los Blues and Royals que en ocasiones le tapaba la cara. No es que el Duque de Sussex se sentara en un lugar con visibilidad reducida, pero lo parecía por momentos. A su lado estaba Jack Brooksbank, uno de sus aliados en la Familia Real Británica, con el que charló en algunos momentos.
Más allá estaban una muy embarazada Princesa Eugenia de York, Edoardo Mapelli Mozzi, la Princesa Beatriz de York y el Príncipe Andrés. El Duque de York se tuvo que conformar con un puesto en el que no estaba cómodo, pero no le quedó más remedio que aceptar que su posición privilegiada nunca va a volver. Y así, el Príncipe Harry parecía más un sobrino que un hijo. De haber seguido siendo miembro de la Casa Real Británica, se hubiera sentado en primera fila, junto a los Gales, y a buen seguro, por mucho que la Princesa Ana sea un pilar para Carlos III, hubiera sido él quien hubiera ocupado el puesto de Gold Stick in Waiting, una especie de guardaespaldas del Rey a nivel ceremonial que recorre detrás de la Gold State Coach la Procesión de la Coronación que llevó a la Familia Real Británica de vuelta a Buckingham Palace tras el Servicio de la Coronación.
Ni que decir tiene que el Príncipe Harry habría salido a saludar al balcón de Buckingham Palace. En su lugar, el Duque de Sussex se marchó lo más rápido posible al aeropuerto para tomar un vuelo de vuelta a Los Angeles, y desde allí a Montecito. El motivo de tanta prisa era poder llegar a tiempo para celebrar en familia el cuarto cumpleaños de su hijo Archie, del Príncipe Archie de Sussex. El Príncipe Harry cumplió con su vida anterior, pero no tardó en regresar a su vida presente y la que espera seguir teniendo en el futuro.